Miguel A. Martínez González, Ana García Marcilla, Mª Dolores Gómez Salazar y Juan López Pascual
[Consideraciones] [Leucemias agudas] [LLC] [Mieloma] [Gammapatía] [E. Hodgkin] [Linfoma No Hodgkin] [Tricoleucemia] [SMPC] [Sd.Mdispl] [Metástasis] [VIH] [Otras] [Bibliografía] [Autoevaluación] |
Médula ósea en los procesos linfoproliferativos.
Clásicamente la tricoleucemia se presenta con esplenomegalia, leucopenia, linfocitos vellosos en sangre periférica y aspirado medular en blanco[44,45]. Aunque el cuadro no es constante llama la atención sobre la frecuencia de aspirados secos. En nuestro caso de 6 muestras de médula ósea correspondientes a tricoleucemia, en dos el aspirado fue insuficiente.
La afectación por la leucemia puede ser difusa (fig.10) (generalmente se acompaña de aspirados en blanco) focal o intersticial. En general el estudio citológico infravalora la infiltración ya que suele acompañarse de fibrosis. Las variantes de células fusiformes invariablemente precisan diagnóstico morfológico[46].
Las células típicamente tienen el citoplasma relativamente amplio y claro dando una imagen en huevo frito (fig.10); sin embargo este aspecto no es patognomónico y puede verse en otros procesos linfoproliferativos de células intermedias con fibrosis, tal como los linfomas del manto. En estos casos son de gran utilidad la microscopía electrónica y la inmunohistoquímica.
Pueden diferenciarse diversos tipos de tricoleucemia por el contorno del núcleo (redondo, plegado, multilobulado o blástico) y algunos autores sugieren que este hallazgo puede tener valor pronóstico[47].
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