Comunicación Nº: 013 English version English version

El espectro de las lesiones de las células basales de la próstata.

Dra. Elena Redondo, Dr. R. Camacho, Dr. A. Rey, Dr. B. Báez, Dr. JL. Afonso.

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DISCUSIÓN

Las lesiones de células basales de la próstata, a excepción de la más frecuente hiperplasia de células basales (HCB) convencional, resultan controvertidas en cuanto a su denominación, semejanzas con lesiones de otros órganos y comportamiento biológico. No todos aceptan la esclesosis estromal, por ejemplo, como posible acompañamiento de la HCB (hiperplasia de células basales con esclerosis estromal)(1). Por otro lado, se han publicado casos de HCB(2) y de tumor adenoide-quístico-símil(3) asociados a adenosis esclerosante. Otra asociación descrita es con la hiperplasia cribiforme de células claras, si bien es cierto que se han observado células claras en todas las formas de proliferación de células basales prostáticas(1) y, por ello, hay autores que afirman que la hiperplasia cribiforme de células claras forma parte del espectro de las HCB(2).

Aún mayor controversia suscitan las lesiones de células basales extensas, difusas y con unas características histopatológicas similares al caso que presentamos. Nuestro caso probablemente sería considerado una variante de HCB (tipo adenoideo o basocelular) por algunos autores(2, 3); para otros sería un tumor adenoideo de células basales o tumor adenoide-quístico-símil(1, 4) e incluso es posible que varios casos catalogados en la literatura como carcinomas adenoide-quísticos de próstata fueran indistinguibles histológicamente de éste(3). No obstante, algunos carcinomas adenoide-quísticos, tal como se han publicado en la próstata, pueden tener rasgos histopatológicos de malignidad en forma de infiltración del tejido normal prostático o infiltración extraprostática y perineural, amén de necrosis, con o sin hipercromatismo nuclear(3, 5); en nuestro caso no existen evidencias en ese sentido.

Por otra parte, no todos los llamados carcinomas basaloides o carcinomas de células basales prostáticos tienen morfología adenoidea o adenoide-quístico-símil(3). Algunos casos son más parecidos a un carcinoma basocelular sólido cutáneo, con empalizada periférica y necrosis y otros, finalmente, pueden ser similares a una HCB glandular convencional pero con un crecimiento infiltrativo que puede llegar a la extensión extraglandular(3). Además, Devaraj y Bostwick, a partir de un caso que denominan tumor adenoide de células basales y que presentaba invasión perineural y extraprostática(1), sugieren que estos signos morfológicos tal vez no indiquen necesariamente malignidad y aconsejan considerar a todas estas lesiones (infiltrantes y no infiltrantes) como de bajo potencial de malignidad en tanto no exista seguimiento más prolongado de los muy aislados casos. Efectivamente, los datos referidos al seguimiento indican que estos tumores, si es que son malignos, tienen una tasa de progresión tumoral baja y serán necesarios largos seguimientos y un mayor número de casos para establecer su comportamiento.

En resumen, no existe acuerdo en cuanto a la nomenclatura ni a la clasificación de muchas lesiones de células basales prostáticas. Sin embargo hay una tendencia en la literatura a cierto consenso (que dista de ser total) sobre cuatro puntos básicos: 1) la inmensa mayoría (si no todas) de las lesiones prostáticas de células basales son benignas y no suponen ninguna variación pronóstica ni terapéutica para el paciente; 2) existe un espectro de lesiones que van de la HCB convencional, pasando por sus variantes HCB florida (extensa, exuberante), nodular (o adenoma de células basales), atípica (con cambios nucleares que parecen sugerir malignidad), basoadenoidea o tumor adenoide de células basales o tumor adenoide-quístico-símil, hasta llegar a lesiones que, siendo similares a las anteriores, mostrarían algunas características morfológicas de agresividad (infiltración extensa de tejido prostático normal, extensión a tejidos extracapsulares, invasión perineural, necrosis, desmoplasia estromal); 3) no se conoce ningún caso de tumoración prostática de células basales que haya metastatizado o matado al paciente por la agresividad de su crecimiento local(3); 4) es muy dudoso que exista una contrapartida prostática del carcinoma adenoide quístico tal y como se describe en la glándula salival(3, 4), si bien algunos autores defienden esta denominación para algún caso puntual(5).

Por todo ello, lo más importante probablemente no sea la denominación que demos a una lesión concreta de células basales, llamativa en cuanto a su extensión o a sus hallazgos citopatológicos, sino diferenciar entre lesiones con algunas de las características morfológicas de agresividad antes descritas y aquéllas que no las posean. Para las últimas posiblemente no sea necesario un seguimiento especial; en este sentido, la idea de incluir dentro del grupo de HCB a todas las lesiones sin agresividad citohistológica, al margen de su tamaño(3), tal vez sea la más razonable. Por el contrario, en el caso de lesiones con datos histopatológicos que sugieran agresividad conviene transmitir la información de que, aunque no se ha demostrado malignidad clínica (al menos a corto plazo) en este tipo de lesiones, su rareza, junto al muy breve seguimiento de los casos publicados, hace que se desconozca realmente su comportamiento a largo plazo, por lo que sería necesario, como mínimo, un seguimiento cuidadoso de los pacientes.


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