Este tipo de recursos puede ser utilizado tanto como material de apoyo a la enseñanza presencial (Bartolomé, A., 1994; Sampedro Nuño, A. et al., 1997), es decir, como soporte de las clases y discusiones en el aula, como material de autoaprendizaje (Coltell Simón, O. et al., 1995; Sampedro Nuño, A. et al., 1998), contribuyendo así a la formación continua y a distancia.

El proceso de elaboración de este tipo de materiales es complejo y requiere la participación de profesionales de diversas disciplinas que trabajando de forma cooperativa sean capaces de producir recursos educativos de calidad (Lage, F.J. y Cataldi, Z., 2000). Además de la colaboración entre diversos profesionales, el MEM necesita un diseño educativo que responda a las necesidades formativas de las personas a las que va dirigido. Este diseño no sólo permite elaborar adecuadamente el MEM desde un punto de vista tecnológico y pedagógico, sino que, además, facilita la posterior interacción del mismo con el estudiante, fomentando la motivación por aprender.

Un material educativo multimedia constituye un recurso formativo que ha de contar con características pedagógicas y tecnológicas que faciliten el proceso de aprendizaje. Ello hace necesario que en su elaboración intervengan profesionales de diversos ámbitos disciplinares y que, además, trabajen colaborativamente para que el producto que se diseñe y construya sea técnicamente válido y pedagógicamente eficaz.

La elaboración de MEM en Medicina que presentaremos en nuestra exposición se ha llevado a cabo siguiendo una metodología de trabajo cooperativo (Lage, F.J., 2001) entre los profesionales de un equipo multidisciplinar organizado en torno a cinco áreas: Dirección/Coordinación, Orientación Pedagógica, Redacción, Área Artística y Área Técnica-Informática. Además de estos profesionales es preciso contar con personal experto en la materia a tratar en el MEM, que serán los proveedores de los contenidos a desarrollar. Cada uno de estos especialistas ha desempeñado unas funciones específicas en la elaboración de nuestro material, pero interrelacionadas con las de los restantes profesionales con el objetivo de lograr un recurso educativo facilitador y motivador del aprendizaje. La organización y estructura de este equipo se muestra en la figura 1.

Esta estructura organizativa ha favorecido la comunicación e interacción entre profesionales, permitiendo compartir conocimientos, habilidades y actitudes a través de grupos de discusión e intercambios de información, tanto de manera presencial como no presencial (chat y correo electrónico). Se ha logrado de este modo un ambiente de trabajo motivador entre los distintos profesionales y hemos podido apreciar que la metodología de trabajo cooperativo ha ayudado al equipo a consolidarse como grupo debido a que cada componente ha desarrollado a lo largo de todo el proceso de elaboración del material la habilidad de escuchar, compartir, cooperar, interactuar, resolver problemas y apoyarse mutuamente. De esta manera se ha fomentando, al mismo tiempo, la responsabilidad individual de cada componente y el enriquecimiento mutuo.

El MEM que ha elaborado nuestro equipo multidisciplinar posee una estructura que responde a un diseño de instrucción en el que se definen y concretan los distintos elementos que configuran la acción formativa (Orihuela y Santos, 1999; Smith y Ragan, 1999): objetivos de aprendizaje, contenidos, metodología, recursos, actividades, temporalización, y procesos de evaluación. En la figura 2 se expone el modelo de diseño seguido.

La elaboración del MEM debe comenzar tras un análisis del contexto en que será aplicado y de la identificación de las necesidades formativas de aquellos destinatarios a quienes va dirigido. En nuestro caso, los resultados de este análisis han permitido formular unos objetivos de aprendizaje que han determinado la selección y estructuración de los contenidos. A partir de ello hemos concretado la metodología de enseñanza-aprendizaje, las actividades a realizar y su temporalización. Un paso más ha consistido en identificar aquellos media que, de acuerdo con los objetivos y contenidos seleccionados, facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje, los cuales se han integrado convenientemente en el MEM para elaborar el contenido del material.

El proceso de elaboración de material educativo multimedia es complejo y laborioso; precisa, además de una adecuada infraestructura material y tecnológica, la implicación de profesionales especializados en disciplinas diversas, como son, entre otras, la informática, el diseño gráfico e ilustración, la pedagogía y la propia del contenido específico que se vaya a desarrollar en el material. Ello conlleva la necesidad de organizar y formar un equipo de trabajo, de estructurarlo y de coordinarlo, lo que requiere la presencia de un director o coordinador de equipo. Por otra parte, se espera que estos profesionales desarrollen su labor en interacción y colaborativamente, lo que no siempre resulta sencillo de realizar dada la escasa experiencia y preparación que, en general, reciben las personas en habilidades de comunicación y de trabajo en equipo. En nuestra experiencia de elaboración de MEMs, creemos haber superado satisfactoriamente este reto a juzgar por el clima positivo de relación en que se ha desarrollado el trabajo y por el producto conseguido.

El MEM que se elabore puede ser diseñado para cumplir más de una función en un proceso formativo. Nuestro material pretende servir tanto de apoyo al profesorado en la enseñanza presencial como recurso para el auto-aprendizaje. De ahí que los contenidos previamente seleccionados deban ser estructurados de manera diversa según esta finalidad. Si se trata de material de auto-aprendizaje, la metodología a seguir en su utilización por parte del destinatario será individual, por lo que requiere una clara redacción y estructuración de los contenidos y una adecuada selección de los media que se incorporen como recursos motivadores del aprendizaje. El texto, ilustraciones, audio, animaciones, vídeo, e hipermedia juegan un papel fundamental para lograr dotar de interactividad al material y de significatividad al aprendizaje. Para conseguir esta última característica conviene incluir en el diseño de instrucción actividades variadas que faciliten al estudiante el ejercicio de diversas habilidades y estrategias mentales.

Por último, conviene mencionar y resaltar la importancia de la evaluación interna y externa del material que se ha creado, tanto en lo que respecta a su proceso de elaboración como al producto en sí mismo. Para ello es preciso tener en cuenta los mencionados aspectos pedagógicos, organizativos y de comunicación entre profesionales, y el nivel de eficacia que ha alcanzado el MEM como recurso facilitador del aprendizaje que permita dar respuesta a las necesidades formativas previamente detectadas.

Bartolomé, A. (1994). Multimedia interactivo y sus posibilidades en educación. Píxel-bit 1: Universidad de Barcelona.

Briggs, L. J.; Gustafson, K. L. y Tellman, M. H. (Eds). (1991). Instructional design. Principles and applications.(2ª edición), Englewood Cliffs, NJ: Educational Technology Publications.

Coltell Simón, O. Marín Prades, R. y Sanz Valero P.J. (1995). Autoaprendizaje basado en multimedia en el ámbito de las enseñanzas técnicas universitarias: un caso práctico. EDUTEC´95: II Congreso de Nuevas Tecnologías de la Información para la Educación, Palma de Mallorca, Noviembre 1995. (http://www.uib.es/depart/gte/materials2.html#c13)

Dick, W. y Cary, L. (1996). The Systematic Design of Instruction. (4th Edition). Glenview, IL: Scott Foresman.

Gagné, R. M. ; Briggs, L. J., y Wager, W. W. (1992). Principios del diseño educacional (4ª edición). New York: Holt, Rinehart and Winston.

Kristof, R. y Satran, A. (1998). Diseño interactivo. Madrid: Ediciones Anaya Multimedia, S.A.

Lage, F.J. y Cataldi, Z. (2001). Modelo cooperativo-colaborativo para capacitación de recursos humanos a través de intranet y extranet. EDUTEC 2001: Congreso Internacional de Tecnología, Educación y Desarrollo sostenible. Murcia, 17-19 Septiembre 2001. (http://www.edutec.es/edutec01/edutec/comunic/EXP09.html)

Orihuela, J.L. y Santos, Mª.L. (1999). Introducción al diseño digital. Madrid: Ediciones Anaya Multimedia, S.A.

Sampedro Nuño, A., Martínez Nistal, A., Rubio, R. y Torreblanca, A. (1997). Las tecnologías de la información como apoyo de la enseñanza de la anatomía patológica. Universidad de Oviedo.

Sampedro Nuño, A., Martínez Nistal, A., Rubio, R., López Alastruey, J., Remko Van Dort y Torreblanca, A. (1998). "Wellpath" entorno para la formación en patología a través de internet. Boletín de la Red Iris, Nº 46/47, 9-14. (http://www10.uniovi.es).

Smith, P. L., y Ragan, T. J. (1999). Instructional Design. (2nd Edition). Columbus, Ohio: Prentice-Hall, Inc.