VIRUS EPSTEIN-BARR (VEB) Y NEOPLASIA

C. Bellas, A. Santón, G. Plaza.

Laboratorio de Patología Molecular. Hospital Ramón y Cajal.

 

VEB Y TUMORES EPITELIALES

1. Carcinoma nasofaríngeo (CNF)

2. Otros carcinomas Linfoepitelioma-like

VEB Y NEOPLASIAS LINFOIDES

1. Linfoma Burkitt (LB)

2. Enfermedad de Hodgkin (EH)

3. Linfomas T Periféricos y de células T/NK

4. Linfomas B asociados a inmunodeficiencia

 


 

VEB Y TUMORES EPITELIALES

1. Carcinoma nasofaríngeo (CNF)

Es un tumor frecuente en el Sureste asiático, con una incidencia baja en nuestro país (4-6/100.000 hab./año). Pero, independientemente del origen geográfico del paciente y del grado de diferenciación del tumor, prácticamente el 100% de los CNF están asociados a la infección por el VEB, habiéndose demostrado además que dicha infección es de carácter clonal.

Se observa mediante HIS que los EBERs están presentes en la mayoría de las células neoplásicas y en algunos casos algunas células expresan LMP-1. No se detecta sin embargo la expresión de EBNA2. En la mayoría de los CNF, el patrón de expresión del genoma viral es representativo del tipo de latencia II (EBERs, LMP-1, LMP-2 y EBNA-1).

La presencia de positividad para EBERs en una metástasis de carcinoma indiferenciado se considerada diagnóstica de su origen nasofaríngeo, independientemente de que en la exploración de la nasofaringe se haya encontrado el primario. Es decir, la técnica de EBERs debe aplicarse para el diagnóstico del origen de las metastasis de los carcinomas indiferenciados tanto nodales como sistémicas.

2. Otros carcinomas Linfoepitelioma-like

Existen tumores que se presentan en otras localizaciones no nasofaríngeas con idéntica morfología que el CNF indiferenciado (antiguamente linfoepitelioma), algunos de los cuales se asocian al VEB.

Se han descrito casos asociados al VEB en estómago, glándula salivar, pulmón, y timo. También ha sido descrita la asociación al VEB, aunque más raramente, en algunos casos de carcinoma linfoepitelioma-like de cavidad oral, tráquea y laringe. En cambio, el VEB no ha sido detectado en casos localizados en piel, cérvix uterino, vagina y vejiga urinaria (tabla 6).

Tabla 6. Carcinomas linfoepitelioma-like y VEB.

 

Número casos

Casos asociados
a VEB

% asociación
a VEB

Glándula salivar 29 26/29 89%
Pulmón 21 16/16 100%
Timo 43 7/16 43%
Laringe-faringe 23 2/11 18%
Estómago 46 20/46 44%

 

VEB Y NEOPLASIAS LINFOIDES

1. Linfoma Burkitt (LB)

La mayoría de los casos de LB endémico se asocian al VEB. Sin embargo, en las áreas no endémicas sólo el 20% de los casos están asociados. Por lo tanto, el VEB no es un factor ni necesario ni suficiente para el desarrollo de este linfoma.

Las células neoplásicas del LB asociado al VEB sólo expresan EBNA1 y EBERs; es decir, expresan un patrón de latencia tipo I. El VEB en el LB es de carácter clonal

El mecanismo patogénico del VEB podría estar relacionado con la capacidad de EBNA1 para activar los genes RAG1 y RAG2, lo que aumentaría la posibilidad de producirse la translocación característica que activa el oncogen c-myc. La malaria, en los caso endémicos, sería un factor facilitador ya que al disminuir la actividad inmunosupresora de las células T, posibilita la expansión de clones de células B infectadas por el VEB.

2. Enfermedad de Hodgkin (EH)

En el 40-70% de los casos de EH clásica, las células HRS expresan EBERs. En la EH tipo predominio linfocítico sólo se detecta expresión de EBERs en el 0-20%. El VEB en los casos de EH asociada es de carácter clonal.

Además de EBERs, en la EH las células neoplásicas expresan EBNA1 , LMP-1 y LMP-2; es decir, muestran un patrón de latencia tipo II. En la EH los linfocitos no neoplásicos no expresan LMP-1 y todas las células neoplásicas que expresan EBERs expresan LMP-1, lo que sugiere que el papel oncogénico del VEB estaría mediado por LMP-1, que es una proteína con conocida actividad oncogénica.

Se ha descrito que los casos de EH asociados a una cepa del VEB caracterizada por presentar una deleción en el extremo carboxilo-terminal del oncogén LMP-1 son morfológicamente más agresivos.

3. Linfomas T Periféricos y de células T/NK

Los linfomas T/NK nasales se asocian estrechamente con el VEB. El hecho de que en este tipo de linfoproliferativos se detecte infección clonal y se observe expresión de LMP-1 en algunas células neoplásicas sugiere que el VEB pueda tener un papel patogénico.

El 40% de los linfomas T-periféricos contiene algunas células infectadas por el VEB, que expresan EBERs y algunas también LMP-1. Característicamente en estos linfomas sólo una pequeña proporción de las células neoplásicas está infectada por el virus. Dentro de este grupo de trastornos linfoproliferativos, es el linfoma- T tipo angioinmunoblástico el que se asocia al VEB con mayor frecuencia (50%).

4. Linfomas B asociados a inmunodeficiencia

Tanto los procesos linfoproliferativos asociados al trasplante de órganos como los linfomas que aparecen en la infección por el VIH están estrechamente relacionados con el VEB. En estos procesos, la gran mayoría de las células neoplásicas muestran señal positiva para EBERs y además expresan todos los EBNAs y LMP-1 es decir, presentan un patrón de latencia de tipo III.

La infección viral en la mayoría de los casos asociados al trasplante es de carácter policlonal mientras que en los asociados al SIDA suele ser de carácter clonal.

El hecho de que no en todos los linfomas asociados a inmunodeficiencia se detecte la presencia de VEB sugiere que este no es un factor necesario para el desarrollo de todas las neoplasias linfoides que se desarrollan en estos pacientes. Sin embargo parece que en los linfomas asociados al VEB que se desarrollan en este grupo de pacientes y que son la mayoría de los LNH de células grandes de los pacientes VIH seropositivos y todos los procesos linfoproliferativos asociados al trasplante de órganos, el VEB podría ser un único factor inductor del crecimiento, actuando en las primeras fases de la expansión celular. Posteriormente se producirían otras alteraciones moleculares que activarían oncogenes ó inactivarían genes supresores, las cuales serían responsables de la transformación maligna. Esto explicaría que se consiga de muchos trastornos linfoproliferativos post-trasplante asociados al VEB tras la retirada de la terapia inmunosupresora.


[INDICE] [GENERALDIADES] [DETECCIÓN DEL VEB EN LOS TEJIDOS]
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BIBLIOGRAFÍA]