Comunicación
      Nº 052

IICVHAPp.gif (9537 bytes)

IndiceIndice

Anisakiasis

Olivar Buera, M. Roig Alvaro, J. Velasco Albendea, J. Vidal Puga, C.

Comentarios

[TITULO] [INTRODUCCIÓN] [RESULTADOS] [ICONOGRAFÍA] [DISCUSIÓN] [BIBLIOGRAFÍA]

ICONOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA


DISCUSIÓN

La anisakiasis es una patología probablemente infradiagnosticada en nuestro país, y en los servicios de Anatomía Patológica en paticular, pues hasta hace pocos años se consideraba una patología exótica de países orientales, especialmente Japón. La primera publicación de anisakiasis humana en España data del año 1991( 3 ); desde entonces a hoy numerosos casos se han comunicado.

La actitud del patólogo ante una pieza de resección intestinal o apendicectomía en la que observemos marcada eosinofilia, consistirá en realizar una búsqueda exhaustiva de parásitos, especialmente en aquellas áreas en las que se observe ulceración de la mucosa o trayectos fistulosos. Si tenemos la suerte de encontrar una larva bien conservada, procuraremos identificar principalmente la porción anterior o cefálica del helminto (si es necesario profundizando en el bloque o retallando zonas adyacentes) en la cual se encuentra la glándula excretoria, así como los gruesos cordones laterales en forma de Y característicos del Anisakis. Asímismo no deben identificarse huevos, ya que es la larva y no la forma adulta la que infesta al humano; si estos se observasen nos encontraríamos ante otro tipo de nemátodo. Sin embargo, en muchas ocasiones sólo se pueden observar formas degeneradas que no permiten una identificación específica, o, para complicar más el diagnóstico no es posible encontrar el parásito. En estos casos se puede emitir un diagnóstico de sospecha si existe el antecedente de ingesta de pescado crudo o en semiconserva hace pocos días, especialmente si ha sido en las últimas 24 horas.

La anisakiasis humana tiene varias formas de presentación dependiendo de la porción del aparato gastrointestinal en la que se encuentra la larva( 2 ):

  1. Forma luminal: no hay penetración en los tejidos, sino sólo adherencia a la pared, expulsando el parásito por las heces o el vómito, cuyo estudio dará el diagnóstico.
  2. Forma gástrica: dolor epigástrico intenso que empeora con la palpación. Se trata de la presentación más frecuente El diagnóstico y tratamiento lo realizará el endoscopista al extraer el parásito con la pinza de biopsia.
  3. Forma intestinal: cuadro clínico que simula apendicitis, ileítis terminal, invaginación o diverticulitis. El diagnóstico es anatomopatológico, si bien en áreas endémicas como Japón se han realizado diagnósticos radiológicos que han evitado la cirugía( 4 ).
  4. Forma mesentérica: se trata de una complicación de la anterior, en la que el helminto perfora la pared dando un cuadro de abdomen agudo con fiebre y una imagen histopatológica con abscesos eosinofílicos y granulomas.
  5. Formas poco frecuentes: se han descrito en apéndice, hígado, páncreas, bazo y pulmón.
  6. Forma alérgica: se da una reacción anafiláctica sistémica y una reacción vasculítica local, con edema e infiltración eosinofílica de tipo autoinmune en pacientes previamente sensibilizados por el gusano.

Desde principio de esta década se están realizando diagnósticos por intradermoreacción a proteínas de anisakis y serológicos mediante diversas técnicas, sin embargo, en muchos laboratorios no es posible realizarlo

En cuanto a la profilaxis hay que conocer que las larvas de anisaki son muy resistentes, pudiendo resistir tras cocciones poco intensas (incluso en microondas), bajas temperaturas, secado, ahumado, salado, permanencia en vinagre e, incluso, varios días en formol. Se recomienda cocción sostenida a más de 60ºC durante más de 5 minutos o congelación industrial a -20ºC durante 72 horas. También se recomienda una evisceración precoz del pescado, ya que las larvas migran hacia la musculatura con mayor facilidad que cuando el animal está vivo.

El tratamiento consistirá en la extracción de la larva si es posible. En cuanto a la terapéutica farmacológica con antihelmínticos es eficaz si se prolonga durante una o dos semanas. Pero siempre haciendo hincapié en las medidas profilácticas.

[TITULO] [INTRODUCCIÓN] [RESULTADOS] [ICONOGRAFÍA] [DISCUSIÓN] [BIBLIOGRAFÍA]

ICONOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA


Olivar Buera, M. Roig Alvaro, J. Velasco Albendea, J. Vidal Puga, C.
Copyright © 1998. Reservados todos los derechos.