INTRODUCCIÓN


A pesar de los grandes avances que se han realizado en el tratamiento de la insuficiencia renal crónica, la enfermedad metabólica ósea acompañante continúa siendo un problema importante. En la actualidad, el mejor control de los problemas agudos de los pacientes así como la mayor calidad de las técnicas y máquinas de diálisis han mejorado la supervivencia de los mismos, pero con aumento de la morbilidad. Por otro lado, la inclusión de pacientes de mayor edad en programas de tratamiento sustitutivo ha aumentado la incidencia de enfermedades óseas.

Las alteraciones en la histología ósea aparecen precozmente, incluso antes de iniciar la terapia sustitutiva y progresan insidiosamente durante muchos años antes de que el paciente presente síntomas.

El estudio de la afectación ósea en la insuficiencia renal crónica incluye la valoración de distintos parámetros: marcadores bioquímicos de resorción y formación ósea, determinación del aluminio, test de la desferroxamina (DFO) y las técnicas no invasivas para cuantificar la masa ósea, llegando en la mayoría de los pacientes al diagnóstico de ODR a través del análisis de los resultados. Pero estos datos son insuficientes cuando se plantea realizar una paratiroidectomía quirúrgica o existe indicación de utilizar DFO de forma prolongada, porque alguno de estos tratamientos puede conducir a situaciones irreversibles o producir efectos secundarios más importantes que el beneficio que se pretendía obtener, siendo por lo tanto imprescindible un diagnóstico exacto mediante una técnica diagnóstica precisa, requisito que sólo lo cumple la biopsia ósea sin descalcificar.


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Revisado: miércoles, 21 mayo 1997.
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