VIII CURSO DE  HEMATOPATOLOGÍA

Segundo Curso de Formación Continuada a Distancia

Tortosa 2001

 

 

S2 Estado actual de conocimiento y clasificación de los linfomas cutáneos B

Dr. Vicente Romagosa. Servicio de Anatomía Patológica.

Hospital Universitari Prínceps d´Espanya. L´Hospitalet de Llobregat. Barcelona.

 

 CASO 4

 

El caso 4 es un verdadero reto conceptual. La lesión que se le extirpó del labio superior a esta mujer de 74 años, había crecido lentamente durante el último año. El dermatólogo que la extirpó la remitió con un diagnóstico de sospecha de carcinoma basocelular. La biopsia muestra un denso infiltrado polimorfo “top heavy” de fenotipo B predominante, con una considerable cantidad de células grandes CD30 positivas que, a diferencia de los casos convencionales de linfoma SALT, son excesivamente parecidas a células de Reed-Sternberg. EMA y CD15 son negativos, pero la lectura de positividades a este último en casos de Hodgkin clásico “bona fide” es, a menudo, difícil.

 

ICONOGRAFÍA

 

 

HE. 4x

HE. 40x

HE. RS.

CD20

CD30

 

 

 

 

Ciertamente, considero remota la posibilidad de que esta lesión represente una enfermedad de Hodgkin primaria de la piel. En este supuesto, sería de esperar que la celularidad acompañante fuera de fenotipo T, lo que no sucede en este caso. Si, por el contrario, se trata de un linfoma B de células de la zona marginal, nunca antes hemos visto que las células B grandes activadas CD30 positivas, adopten esta peculiar morfología tan dramáticamente “sternbergoide”. Desgraciadamente, el caso está, por el momento, perdido en seguimiento y no podemos recabar más datos que puedan aportar luz al diagnóstico.

 

El comportamiento clínico, histológico y citológico de la mayoría de linfomas de células de la zona marginal extranodales es superponible al que observamos en la piel. Si bien en otros territorios, como en el estómago, es más frecuente ver la evolución a lesiones de alto grado, ello puede ser atribuible a la tardanza en la detección de lesiones incipientes. Otros territorios accesibles clínicamente, como ocurre en la órbita, tienen un comportamiento evolutivo superponible al de los cutáneos. Y en ninguno de estos territorios encontramos, fuera de casos excepcionales, linfomas foliculares primarios.