INTRODUCCIÓN


"La autopsia está desapareciendo" (Dalldorf, 1990) es una constatación de la realidad basada en que el número de autopsias es cada vez menor. Es un fenómeno que se explica por dos razones: a) el avance de las técnicas de imagen permite diagnósticos tan precisos durante la vida del paciente que hace que la demostración anatómica de la enfermedad haya perdido la importancia que tenía hace años, y también, b) los clínicos solicitan menos autopsias porque detectan en los patólogos un menor interés en esta parcela de trabajo. Los patólogos parecen estar más volcados en el diagnóstico de biopsias y de citologías que en el de autopsias, que suelen realizar los médicos residentes con menor experiencia.

Todo lo anteriormente expuesto es cierto pero relativo, ya que: a) todavía hay discrepancias entre los diagnósticos en vida y los hallazgos postmortem; b) nadie duda de que la autopsia es una pieza clave en el control de calidad de un hospital; y c) tampoco nadie duda de su importancia en la enseñanza de la Medicina tanto a pre como a posgraduados.

Que la autopsia está desapareciendo es una afirmación más cierta si se aplica sólo a las autopsias clásicas, es decir a las de los adultos, a las que tienen una larga historia, a las que han sido el pilar de la Medicina Moderna, pero es una afirmación que no debe, ni puede, aplicarse a las autopsias pediátricas cuya demanda es creciente. Estas tienen una historia mucho más corta ya que su desarrollo ha necesitado de la existencia de especialidades médicas independientes, entre ellas las pediátricas. La rama de la Anatomía Patológica dedicada al estudio de la Pediatría se desarrolló en EE.UU. en los años 50.

En España, el inicio de las especialidades pediátricas está ligado a la aparición, a mediados de los años 60, de los grandes hospitales de la Seguridad Social, con Hospitales Infantiles y Maternidades independientes de los Hospitales Generales y de Traumatología dedicados a los adultos. El primer Hospital Infantil fue el del Hospital La Paz de Madrid (1965), que junto con la Maternidad ha atendido a más de 500.000 nacimientos en estos 30 años de existencia. En pocos años, entre 1966 y 1972 se inauguraron otros grandes Hospitales Materno-Infantiles como el de Vall d’Hebrón (Barcelona) con 560 camas, La Fe (Valencia) con 570 camas, Virgen del Rocío (Sevilla) con 650 camas y Juan Canalejo (La Coruña) con 300 camas. Algo posterior, de 1980, es el del Hospital 12 de Octubre (Madrid) con 455 camas.

Si 30 años es un período corto para la autopsia clásica, para la autopsia pediátrica es casi toda su historia. Nos hemos planteado en este trabajo el objetivo de evaluar, por primera vez, el valor cuantitativo y cualitativo de la autopsia pediátrica en España. Para ello, vamos a utilizar la experiencia que hemos acumulado en el Departamento de Anatomía Patológica del Hospital La Paz. En estos 30 años hemos realizado un total de 12.000 autopsias de las que más de dos tercios, el 68,5%, han sido autopsias pediátricas. Para analizar este material, compuesto por 8.200 autopsias infantiles, hemos dividido ese período en dos mitades, antes y después de 1980, porque se han producido tales cambios sociales, tecnológicos, sanitarios y médicos que hace que no sea comparable la realidad de 1965 con la actual.


Todos los derechos son propiedad del autor.
Revisado: martes, 13 mayo 1997.
Con el soporte informático y de comunicaciones del CICEI, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria