Discusión
RESULTADOS Y DISCUSION:
El envejecimiento progresivo de la población es un hecho incuestionable, llegando en la actualidad a hablar de la cuarta edad por encima de los 80 años. (6) En la Tabla 1 mostramos la distribución de 28 fallecidos geriátricos, que fueron sometidos a revascularización miocárdica en el año 2006, de acuerdo a su edad y sexo, la mayoría se encuentran entre los 60 y 69 años, para un 78,5 %. Por encima de 70 años sólo encontramos 6 fallecidos para un 21,5%. El sexo predominante fue el masculino con 22 casos y solo 6 femeninos
Como es sabido la mortalidad es superior en estas edades en relación con el avance de la enfermedad arteriosclerótica generalizada y en particular de las coronarias, así como la asociación de otras enfermedades y factores de riesgo, es importante ofrecer a los pacientes el resultado de la aplicación de escalas de valoración del riesgo cardioquirúrgico que permitan al paciente y sus familiares, dar su consentimiento informado, de este modo brindar una alternativa a pesar de la elevada mortalidad. (7, 8) Roberts reporta similares resultados con un rango de edad de 60 como media y un 81% de predominio del sexo masculino contra un 9% femenino (9) Otros estudios geriátricos informan también una sobre mortalidad masculina (6,8)
En la Tabla 2 se muestran los antecedentes patológicos personales más frecuentes entre los que encontramos la ocurrencia previa de Infarto miocárdico y la Hipertensión arterial. En nuestra experiencia, así como en otros trabajos precedentes, en nuestro medio la angina severa y la existencia de uno o más episodios de Infarto previo, motivan al paciente a la cirugía revascularizadora como método para mejorar su sintomatología. (2) Los antecedentes de Cardiopatía isquémica, son considerados en varias series como factores asociados a mayor mortalidad en el anciano. (6,10)
Otros factores como el hábito de fumar y las dislipidemias se consideraron relacionados con la mayor mortalidad. Para Ferreira Montero “un no fumador puede sufrir un infarto agudo miocárdico, pero si fuera fumador lo hubiera sufrido con 20 años de anterioridad”. (2) Las dislipidemias juegan un papel fundamental en la producción de placas de ateroma y en la severidad de la enfermedad aterosclerótica, lo que eleva el número de oclusiones significativas y el número de vasos comprometidos y por consiguiente mayor será el número de injertos o puentes necesarios para garantizar la perfusión miocárdica. (2, 10, 11)
Las Causas directas de la muerte (CDM) son mostradas en la Tabla 3, donde el IMA ocupa el primer lugar para un 75 %, seguido por la Disfunción multiorgánica. Algunos autores consideran cifras superiores en sus estudios (2, 12, 13), mientras otros evidencian la tendencia a la disminución del IMA postoperatorio, gracias al mejoramiento de la protección miocárdica. (10)
La disfunción múltiple de órganos como segunda causa de muerte en estos pacientes está condicionada por la aterosclerosis coronaria como causa básica al producir daños hísticos severos por isquemia y a su vez se relaciona en la secuencia causal con muchas de las complicaciones frecuentes en estos pacientes como la sepsis, el síndrome de distres respiratorio del adulto y el bajo gasto cardíaco. (9,10)
El tromboembolismo pulmonar, el edema pulmonar severo y los accidentes cerebrovasculares fueron otras de las causas directas de la muerte encontradas relacionadas con la edad de los pacientes, con los antecedentes y con el riesgo quirúrgico a que fueron sometidos. Las complicaciones postoperatorias pulmonares están frecuentemente asociadas al tabaquismo o al fallo de la función ventricular y constituyen aunque menos frecuentemente la causa directa de la muerte.
El incremento actual de la cirugía coronaria sin circulación extracorpórea en nuestro Centro, ha fundado en nosotros la esperanza de conseguir una disminución en las complicaciones y la mortalidad.
El estudio detallado de la afectación ateromatosa de la circulación coronaria y de los hemoductos empleados, nos permiten expresar la existencia de enfermedad coronaria ateroesclerótica severa de uno, dos o tres vasos, considerando la afectación de las arterias descendentes anterior, circunfleja y coronaria derecha, así como del tronco coronario izquierdo en particular. (Tabla 4)
Es notable que los fallecidos presentaran un predominio de afectación multivaso, con tres en el 71,4% y con dos en el 17,81%, lo cual explica la utilización de múltiples puentes para obtener una reperfusión adecuada. En nuestro estudio se realizaron 3 puentes a 19 casos, 2 puentes a 4 casos y en 5 se necesitaron 4 ó más hemoductos. En el examen exhaustivo de los hemoductos de 5 revascularizados de más de 8 años de evolución todos muestran todos signos de ateromatosis, mientras la trombosis (4 casos) y la compresión extrínseca por un hematoma intrapericárdico (1 caso) fueron vistas tempranamente, el resto de los puentes y anastomosis estaban permeables, es importante destacar que los factores de riesgo aterogénico deben ser controlados después de la primera revascularización pues los puentes son sometidos al mismo daño y por tanto se dice que pasados 10 años como promedio se hace necesaria una reintervención. (11,13)
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