El semen.
La vagina es un conducto muscular que conecta el cuello (cérvix) del útero con el exterior. El flujo menstrual pasa a través de ella cuando es eliminado y durante el contacto sexual (coito) alberga al pene erecto y recoge el semen eyaculado por éste en su interior. Para que tenga lugar la fecundación, los espermatozoides que contienen el semen deben pasar desde la parte superior de la vagina, a través del cérvix y del útero, para fecundar un óvulo que se encuentra en la trompa de Falopio. Las paredes de la vagina tienen una gran elasticidad; las paredes anterior y posterior se encuentran en contacto cuando está vacía, pero pueden separarse lo suficiente como para permitir el paso del niño en el momento del parto (
13).
Se plantea (
47) que el mecanismo de la eyaculación abarca dos reflejos: el primero vinculado al estadio de emisión de la eyaculación conduce el semen a la uretra posterior en tanto el segundo vinculado al estadio de eyección está determinado por un reflejo uretromuscular.Durante la eyaculación salen al exterior los espermatozoides conjuntamente con el plasma seminal o líquido seminal, el que está formado por las secreciones del epidídimo, de las vesículas seminales de las glándulas de Cowper y de la glándula prostática, elementos que constituyen el esperma, que es sinónimo de líquido espermático (
1,
14).
Semen, del latín semen, semilla; significa líquido blanquecino, espeso, secretado por los testículos y próstata, que contiene espermatozoides, esperma (
46).
El material recién eyaculado es un líquido cremoso, el volumen medio es de 3 ml (
5), su color (
54) característico blanco semitransparente, aspecto grumoso y opalino y el olor “sui generis”; al desecarse forma una mancha cuyo aspecto microscópico dependerá del soporte sobre el cual ha sido depositado. Por ejemplo, se señala que sobre telas absorbentes tiene un aspecto mapeado, dado por sus bordes limpios e irregulares, de color grisáceo, inodoro y áspero al tacto, lo que le comunica a la tela un aspecto de tejido almidonado; en tanto en las telas que no son absorbentes el esperma forma escamas o películas brillantes, de aspecto barnizado, semejando pincelaciones de coloidon (
16,
25,
29).
Otra característica a señalar se vincula a su acidez (
24), en el manual de laboratorio de la Organización Mundial de la Salud de 1992 establece que los valores normales de pH en semen licuado se encuentran entre 7.2 y 8.0; lo que implica su ajuste comparado con la versión anterior. En la que el límite se encontraba en 7.8 en tanto en el manual clínico de 1993 el rango normal de valores se encuentra entre 7.2 y 7.8
Se describe (
16) la siguiente composición bioquímica del semen:
· Glúcidos como la fructosa, ribosa, inositol y sorbitol
· Compuestos nitrogenados como gran concentración de aminoácidos libres, aminas (espermina, colina y etanolamina) y ergotionina.
· Antigénicos dados por la presencia de albúmina, dos o tres alfaglobulina (una de ellas es una fosfatasa ácida y otra una glicoproteína), dos betaglobulinas. De los 8 antígenos descritos en el plasma seminal, 4 son específicos del mismo; es decir que tienen especificidad de órgano.
· Enzimáticas como las fibrinolisinas, aminooxidasa, fosfatasa alcalina, fosfatasa ácida y 5 nucleotidasa.
· Lípidos como las lectinas y los ácidos grasos (prostaglandinas).
· Minerales como el zinc y el calcio.
También se ha confirmado (
7) la presencia de inmunoglobulina en el mismo, mediante el empleo de inmunosueros de caballos, antisueros humano, inmunosuero de conejo, antisemen humano y anticalostro materno.
El espermatozoide.
Término que deriva del griego: esperma; atos (semilla) y dsoidion (animalillo). Es un elemento generador microscópico, de 10 a 60 milimicras, móvil, producto específico de los testículos y elemento esencial del semen, que sirve para fecundar al óvulo. Consta (
9) de cabeza, cuello (segmento intermedio) y cola; la primera se corresponde con el núcleo y la segunda se corresponde con el segmento terminal. En el interior de la cabeza se encuentra el aerosoma formado por el aparato de Golgi, que contiene hialuronidasa y proteasa, enzimas que juegan un importante rol en la fertilización (
55).
Como sinónimos se recogen los términos espermo, espermatozoario, espartosoma, nemaspermo, filosoma sexual, zoospermo, y espermatozoo (
45).
El espermatozoide es la célula sexual masculina originada por la espermatogénesis que (
49) se produce en los túbulos seminíferos del testículo durante la vida sexual activa, como consecuencia de la estimulación de dicho órgano por las hormonas gonadotrópicas de la porción anterior de la glándula hipófisis.
La espermatogénesis se inicia en la espermatogonia que es una célula, tanto pequeña como mediana, situada en el epitelio del túbulo seminífero, que también consta de una membrana limitante y células sustentaculares de Sertoli.
La espermatogonia prolifera y se diferencia, resultando células llamadas espermátides; cada una de las cuales contiene solo 23 cromosomas no pareados. El complemento de los 46 cromosomas se logra cuando el espermatozoide se combina con el óvulo durante la fertilización (
6,
21,
22,
37,
39).
El examen citológico.
Desde la época de Euclides, antes de nuestra era (390 ANE) se conocen los instrumentos ópticos (
53) pero no es hasta 1590 que se fabrica el primer microscopio por ZJ Janssen y H Janssen (
11), instrumento al que se vincula el estudio de las células.
Entre 1973 y 1716 Van Leweenhock mejora los sistemas de lentes del microscopio realizando una serie de observaciones en protozoarios, bacterias, músculos, nervios y otros; ya en 16674, En Datzig, un discípulo suyo, Luis Ham descubre los espermatozoides (
25).
En este mismo siglo XVII, Robert Hook introdujo el término de célula (del griego “kitos”, espacio hueco), la que resulta el punto de partida de la organización microscópica de la materia viviente y de su conocimiento surgiendo así la citología, que no es más que el estudio articular de las células tomando a las mismas como una entidad morfológica en la estructura de los seres vivos (
52). Con los progresos científicos y la introducción de nuevos métodos surgen la histoquímica y la citoquímica, la primera trata sobre la caracterización y localización de las sustancias o grupos de ellas en las células y la segunda permite la identificación de los diferentes compuestos químicos dentro de las células (
36).
Es indudable que el medio indispensable de investigación de la citología es el microscopio por lo que podríamos señalar que para estudiar las células y sus componentes, ya sea a través de su conservación. Se utilizan diferentes tipos de microscopios que son (
8,
27):
· microscopio óptico
· microscopio de polarización
· microscopio para el contraste de fase
· microscopio de interferencia
· microscopio de campo oscuro
· microscopio de Rayos X
· microscopio electrónico
El estudio de la célula viva es complejo debido a que, generalmente, son transparentes a la luz visible; por su alto contenido en agua ero aun cuando esta se haya extraido no será evidente el contraste de transparencia para la cual se utiliza el microscopio de contraste de fase y aun mejor, el de interferencia aunque también pueden utilizarse colorantes supravitales, tales como el verde Janus B o el azul de metileno, pero los escasos detalles morfológicos no son modificados (
28).
Las células también se pueden estudiar una vez muertas, mediante el método de fijación, el que reserva su morfología y composición química, manteniendo sus características similares a aquellas que poseían en vida.
Los fijadores contienen una o más sustancias que recitan las proteínas de las células o las hacen insolubles, sin llegar a la recitación; ello conlleva una separación de la fase sólida y de la fase líquida. La separación de la fase sólida se debe a las uniones entre las moléculas proteicas, lo que incrementa la estabilidad, evita la acción de las bacterias y de la autolisis, hace insoluble el contenido celular, disminuye la retracción y la distorsión e incrementa la visibilidad de los componentes celulares mediante la coloración y observación.
Nezelof plantea que el fijador ideal no existe y señala reglas generales de la fijación (
33,
34) que se relacionan:
· Debe ser lo más precoz posible porque producen alteraciones tisulares considerables.
· La fijación debe ser rápida.
· El líquido fijador debe ser abundante (30 ó 40 veces el volumen de la pieza, a fin de permitir cambios fáciles entre el medio intracelular y el fijador.
· La duración de la fijación depende de la naturaleza del fijador escogido, el alcohol absoluto, ácido acético glacial y formol, siendo suficiente una hora; otros como los cromados exigen varios días.
· El lavado de las piezas con agua debe ser absolutamente proscrito después del uso del fijador que contienen ácido pícrico, ya que hinchan las fibras colágenas y producen artefactos, en estos casos se hace el lavado en alcohol al 70% (3 baños sucesivos de media a una hora).
Existe una gran variedad de fijadores; entre los más frecuentes se encuentran el etanol, el ácido acético, el ácido pícrico y el formol. Existen métodos de fijación por congelación-desecación, y congelación-sustitución, pero estos métodos sólo son utilizados en la microscopía electrónica y la auto radiografía; entre los fijadores para técnicas de microscopio electrónica se encuentran el tetraóxido de osmio, el permanganato de potasio, el formaldehído y la acroleína. (19,40).
La combinación de los métodos de examen de las células vivas y de las células fijadas es indispensable para conocer mejor la estructura celular.
Comienza así el procesamiento de las muestras (
50).
La coloración sigue a la fijación, dependiendo la selección de la sustancia colorante del fijador utilizado, del origen de la muestra y de las propiedades química del colorante. Los colorantes pueden ser básicos y/o ácidos, denominándosele al tejido teñido por los colorantes básicos como basófilo y a los teñidos por colorantes ácidos como acidófilos; los primeros confieren a los tejidos generalmente un color azul y rojo o rosado para los segundos.
Un ejemplo típico y frecuente de esto son los colorantes de hematoxilina y eosina, que se emplean como rutina en los laboratorios. En ocasiones es necesario agregar uno o más metales al colorante para lograr la combinación de las proteínas celulares, a estas sustancias se les denomina mordientes (
12,
23).
Se plantea que no existe una tinción que tenga ventajas sobre otra, sino que debe utilizarse aquella con la que quien interpreta las preparaciones esté más familiarizado (
2).
A la coloración le sigue el montaje, última manipulación previa a la observación microscópica facilitándole el examen y especialmente conservar la muestra.
Para mostrar una preparación se recomienda utilizar sustancias transparentes, neutras y con un índice de refracción elevado. La sustancia más utilizada es el bálsamo del Canadá después de impregnar esta sustancia, se seca y se recubre con una laminilla fina de cristal, llamada cubreobjeto (
32,
35).
Este proceder se emplea cotidianamente en el Instituto de Medicina Legal con el objeto de complementar información pericial en casos de presuntas víctimas de delitos sexuales y en este trabajo participan todos los legistas, patólogos y tecnólogos de la salud en la especialidad de Citohistopatología, requiriéndose recursos del laboratorio de citohistopatología forense.
El estudio.
La composición bioquímica del semen y la morfología característica del zoospermo permite su estudio, significando que el examen microscópico para identificarlo se inició formalmente a fines de la cuarta década del pasado siglo XIX, a través de la investigación de las manchas de esperma o del líquido espermático.
Las complicadas estructuras internas del espermatozoide han sido aclaradas mediante el estudio de cortes con el microscopio electrónico de transmisión, pero debido a su forma fibrilar ondulada, ha sido difícil examinarlos enteros (
15).
Boteher propone en 1865 la primera técnica a ese fin, que consiste en tratar el macerado de la mancha o el líquido con solución concentrada de fosfato sódico, se deja en reposo y se extrae el precipitado, observándose cristales de fosfatos de espermina, romboidales, bien estructurados, refringentes, fusiformes y de 15 a 25 micras de longitud. Esta reacción tiene el inconveniente de ser poco sensible (
29,
30).
En 1897, Florense propone una reacción, a su entender, específica para el semen humano y utiliza en su fórmula yoduro de potasio, iodo metálico lavado y agua destilada, obteniendo como resultado la presencia de cristales de color castaño amarillento, romboidales, con las extremidades cortadas oblicuamente, de tamaño variable; siendo más perfectos en tanto más pequeños.
A inicios del siglo XX, en 1905 Barberio propone también una técnica que consiste en una solución acuosa saturada de ácido pícrico, para reemplazar la de Florense. Otros autores como Bokarius (1907), J. Peset (1910), Lecha Marzo (1913), Miederland (1930) y Pérez Villamil (1934) proponen técnicas microquímicas para identificar las manchas de esperma pero por resultar positivas con otras sustancias orgánicas y negativas en otras circunstancias carecen de valor médico legal (
4,
30,
42).
Actualmente, en los departamentos de Citología de los hospitales la técnica de elección es el Papanicolau, aunque se cita (
18,
38) que el método de selección de la coloración dependerá del requerimiento especifico del observador y de los materiales de que se disponga; a partir de que se conoce que el numero de técnicas de tinción ara los espermatozoides son innumerables.
Finalmente se establece (
17) que para el diagnóstico de certeza de la mancha es preciso determinar la presencia de espermatozoide íntegro, independientemente de que se logre o no la separación previa del soporte, utilizando para ello métodos de tinción y de microscopía. Llama la atención que en estas técnicas no se hace evidente el estudio a partir de un exudado vaginal, sino que se trabajan a partir del estudio de las manchas.
La prueba es la actividad que se lleva a cabo en los procesos judiciales con la finalidad de proporcionar al juez o tribunal (y en su caso, al jurado, en los procedimientos en que éste se encuentra llamado a intervenir según la legislación de cada país) el convencimiento necesario para tomar una decisión acerca del litigio. Como es natural, el juez no puede sentenciar si no dispone de una serie de datos lógicos, convincentes en cuanto a su exactitud y certeza, que inspiren el sentido de su resolución. No le pueden bastar las alegaciones de las partes. Tales alegaciones, unidas a esta actividad probatoria que las complementa, integra lo que en derecho procesal se denomina instrucción procesal. La prueba procesal se dirige, pues, a lograr la convicción psicológica del juez en una determinada dirección (
13).
Las técnicas.
Se conoce (
18) que el número de técnicas de tinción para los espermatozoides es variado y múltiple. Por lo trascendental que resulta un buen diagnóstico de especie de espermatozoides en Medicina Legal, el que debe ser realizado mediante la visualización microscópica de los espermatozoides, citaremos algunas de las técnicas empleadas por diferentes autores; recordando que el diagnóstico de individuo no se ha introducido aún en el Instituto de Medicina Legal.
Técnica de Corin y Stokis.
Emplea filamento de tela maculado, se tiñe durante un minuto con una solución de eritrocina amoniacal al 0.5%, coloreando de rosado a los espermatozoides; especialmente su cabeza. Es fácilmente visible a gran aumento, en tanto la visualización de las colas requiere de un diafragmado mayor (
31,
41).
Técnica de Mestre y Lecha Marzo (
43).
El procedimiento de la técnica basada en yodo eosina fenicada, combinando 0.1 g de yodo eosina y 10 ml de ácido fénico líquido, le dio excelentes resultados y a su juicio resulta el de elección para la práctica diaria del laboratorio debido a su sencillez. Separados algunos milímetros de fibras de la zona más sospechosa, se colorea el portaobjeto con una capa de reactivo; al cabo de 1 minuto se absorbe el reactivo con papel de filtro, se añade una gota de ecipanal, se disocian las fibras y se coloca la lámina cubreobjeto. Aparecen los espermatozoides teñidos de rojo, más intensamente las cabezas que las colas. Las fibras del tejido apenas toman un ligero tinte, lo que no impide el contraste de los zoospermos (
48).
Tiñe con fuscina ácida (en una solución al 1% de fuscina ácida y de azul de metileno a partes iguales) combinada con 40 partes de agua clorhídrica; decolora con agua clorhídrica al 1% y deshidrata con alcohol. El tejido queda incoloro y los espermatozoides resaltan en color rojo violáceo y las colas en azul. Si son manchas muy antiguas, se recomienda macerarlas durante 24 horas en agua amoniacal. No hay experiencia de su utilización en exudado vaginal, solo levantamientos en textiles.
Se fija la mancha en formol al 5%, se colorea con eritrosina amoniacal y se observa con objetivo de gran aumento o de inmersión; lo que equivale a requiere de gran magnificación ara su observación e identificación.
Actualmente en los departamentos de citología vaginal de los hospitales la técnica de elección es el Papanicolau; su selección como coloración a estos fines depende del requerimiento específico del médico o del investigador y de los recursos disponibles (
38).
Su importancia.
Trabajos recientes hacen referencia a diferentes investigaciones que se realizan para identificar manchas de esperma o líquido seminal y así establecer un diagnóstico genérico, un diagnóstico de especie, un diagnóstico de individuo. El diagnóstico citológico vaginal de espermatozoide es una prueba de certeza y constituye un testimonio acusador irrefutable (
29) en casos en que se investiguen presuntos delitos sexuales, lo que justifica que resulte de sumo interés en Medicina Legal.
Lo anterior no niega que el estudio forense (
3) de muestras biológicas a través de determinaciones de ADN ofrece una evidencia vital en las investigaciones criminalísticas contemporáneas después de un adecuado examen físico donde se obtengan las muestras adecuadas para el análisis en los delitos sexuales, considerándose como tal a todos aquellos actos (26) que reconocen en su génesis el instinto sexual o expresan actos libidinosos, lascivos, injuriosos, obscenos, que traducen una actividad sexual y una satisfacción erótica (
20). El Código Penal cubano los agrupa en el título XI (
10).
Algunos autores como Gisbert y Simonin señalan que la tercer parte de los peritajes realizados en la clínica medico legal se debe a delitos sexuales, en Cuba alrededor de una cuarta parte de los servicios que se prestan en vivos, obedece a radicaciones por estos tipos de delitos (
26).