Resultados y discusión: En nuestro estudio encontramos un total de 6 pacientes en estos siete años con diagnóstico histopatológico de Rinosporidiosis. Debe destacarse que en estos pacientes, la biopsia se realizó con fines diagnósticos. Esta lesión de la conjuntiva fue descrita por primera vez en la India por Elliot e Ingram (
5) en el 1912.
Thakur, 1990, postuló que la Rinosporidiosis es endémica en la India, Sri Lanka, África Oriental y América del Sur. Pe’er destacó que aunque ésta enfermedad es rara vez reportada fuera del sub-continente Indio puede ser encontrada en el continente Africano principalmente en Malawi, Kenya, Uganda y el Congo (
7). Arseculeratne, 2002, expuso que la creciente migración hacia el oeste, de personas del continente Asiático que habían contraído Rinosporidiosis en sus países natales había resultado en un incremento en la prevalencia de esta enfermedad en esa región (
8).
Si tomamos en consideración nuestros resultados y los dos reportes previos hechos en la provincia de Natal, con solo 8 casos podemos afirmar que la Rinosporidiosis no es una enfermedad común en Suráfrica.
En nuestra muestra no hubo diferencias en la frecuencia de presentación entre los diferentes sexos
Fig_5. Ratnakar, 1992, reportó una mayor incidencia en el sexo femenino (
9) mientras Shrestha, 1998, encontró una relación del sexo masculino y femenino de 2.5 (
10).
Ninguno de nuestros pacientes tuvo historia familiar positiva de ésta enfermedad. Hasta el momento no se han documentado reportes de trasmisión cruzada entre miembros de una misma familia. Se presume que la puerta de entrada al organismo humano del
R. seeberi desde su hábitat acuático, sea el epitelio de la nariz, traumatizado más frecuentemente, aunque también puede ser encontrado en el meato uretral externo, la conjuntiva o la piel (
11).
Al comparar los sexos vs los grupos de edades encontramos una mayor prevalencia en el grupo de edades de 8-15 años de edad para ambos sexos
Fig_6. Estos resultados se corresponden con los reportados por Vukovic, 1995 (
12).
La mayoría de los pacientes acudió a la consulta a causa de una masa polipoidea
Fig_1, la cual no estaba asociada a manifestaciones nasales
Fig_7. Ninguno de los casos fue diagnosticado clínicamente como Rinosporidiosis. Esto no nos sorprende, dada la baja incidencia de la enfermedad y ocurre de igual manera en otras partes del mundo donde esta afección no es frecuente (
13).
Las lesiones no respondieron al tratamiento con antibióticos y anti-inflamatorios; por lo que a todos los pacientes les fue practicada la excéresis del crecimiento, después de lo cual no han aparecido recidivas y los mismos permanecen asintomáticos.
En todos nuestros enfermos, ésta infección se localizó en la conjuntiva. Aquí este microrganismo típicamente causa una inflamación crónica granulomatosa
Fig_2 donde se puede apreciar histológicamente todos los estadíos del ciclo de vida del mismo en el tejido escindido; desde pequeños trofozoitos hasta grandes esporoblastos cargados de esporanginas
Fig_3_4 (
14).
Queremos además mencionar, que carecemos de imágenes originales macroscópicas de nuestros casos, por lo cual la que aparece presentada está refrendada por su correspondiente cita bibliográfica.