En 1996 mueren 79662 habitantes por diversas causas; el 11 % de éstas se debe a causas externas y de éstas el 65 % se vincula al accidente. En Ciudad de La Habana, territorio donde se enmarca este estudio, se reporta que en 1996 ocurren 1337 muertes por causas externas; el 62 % en accidentes y de éstos, el 55 % en hechos de tránsito. La muestra está constituida por 204 casos. Es obvio el predominio del sexo masculino en el grupo estudiado (79.41%) con relación al femenino. En una serie estadística publicada en el Anuario correspondiente se refiere que la tasa ajustada para 1998 es de 15,7; y del sexo masculino 24,5 y del femenino 7,0 El dato referente a la existencia de enfermedad previa en los fallecidos en estudio no resulta útil para discusión dado el elevado número del item IGNORADO (92.15%) de este antecedente. No hay diferencias que llamen la atención en la distribución de frecuencias absolutas y relativas en los grupos de edades por debajo de los 64 años, en particular en los grupos comprendidos entre los 15 y los 44 años de edad. El mayor porcentaje de fallecimientos debido a accidentes de tránsito (37.74%) ocurre en la modalidad de colisión, seguido muy de cerca por el atropello (30.39%); resultando el ciclo seguido del auto los vehículos con mayor frecuencia empleados. Existe un franco predominio de los accidentes estudiados en el fin de semana ya que la suma de los ocurridos entre viernes, sábado y domingo representa el 62.5% del total. Una elevada frecuencia absoluta y relativa de fallecimientos (43.62%) ocurre en el hospital “General Calixto García” seguido del Hospital “Carlos J. Finlay”. El mayor número de fallecimientos se presenta en hechos que ocurren en los municipios Plaza y Habana del Este (24,5%), siendo atendidas las víctimas de los primeros en un 100% en el Hospital “Calixto García” y la de los segundos en el 95.65% de los casos en el Hospital "Luis Díaz Soto”. Se observa que la mayor frecuencia de hechos que traen aparejados fallecimientos con estadia hospitalaria se presenta en los municipios Plaza y Habana del Este (24.5%). Coincide que el mayor número de lesionados que resulta fallecido también reside en el municipio Habana del Este con amplio predominio sobre el resto y similar comportamiento porcentual entre el lugar del hecho y del fallecimiento, excepto en los municipios Plaza de la Revolución y 10 de Octubre. El primero resulta un lugar de elevada frecuencia relativa para la ocurrencia de los hechos en tanto en el segundo, ocurre un fenómeno inverso. Se aprecia que la mayor parte de los fallecidos proviene del servicio de urgencia, a expensas del número procedente del Hospital “Calixto García” (43,62%), que es el que más fallecidos aporta; y de la sala de ingreso (68.61%), independientemente del hospital de procedencia. Sólo el 3.92% de los fallecidos adolece de estadia hospitalaria al fallecer durante los primeros minutos después del arribo al cuerpo de guardia de acuerdo a los criterios de exclusión de la muestra adoptados; no obstante llama la atención que es en el Hospital “Miguel Enríquez” donde mayor porcentaje de fallecimientos ocurre sin estadia hospitalaria a pesar de ser el centro asistencial donde menor número de fallecimientos en las condiciones de la muestra ocurre. Un gran porcentaje de fallecimientos se encuentra en los servicios de urgencia y salas de ingreso (5)(6) independientemente del hospital de procedencia lo que puede estar en relación con la gravedad de las lesiones sufridas en el primero de los casos y con la variedad del cuadro lesional y sus complicaciones así como con la calidad de la asistencia recibida, en el segundo (7)(8). Independientemente de este comportamiento general, llama la atención que, a pesar de aportar el mayor número de fallecidos, el Hospital “Calixto García” no presenta fallecidos durante el acto operatorio. En correspondencia con los servicios donde ocurre el fallecimiento, la estadia predominante es la de hasta 12 horas y la de más de 72 horas; el 64.28% entre ambas. No hay grandes variaciones según hospitales atendiendo a la proporción de fallecidos que ellos aportan en la muestra; aunque la mayor similitud se aprecia en las estadias comprendidas ente 24 y 48 horas. El mayor número de complicaciones (9) se presenta en estadias prolongadas seguido de lasa que se presentan en las primeras veinte y cuatro horas (10). En los fallecidos en que no se diagnostican complicaciones, la estadia predominante es la inferior a 12 horas (29.41%) de los no complicados; mientras que en los fallecimientos en que sí se presentan, las circulatorias predominan (21.56%), igualmente, en la supervivencia inferior a 12 horas; en tanto, las sépticas lo hacen en las estadias superiores a 72 horas (35.29%). El traumatismo craneoencefálico es una lesión importante descrita para los fallecidos por accidentes del tránsito, correspondiéndose con el cuadro lesional descrito para estas variedades en la literatura revisada (7)(11)(12)(13)(14)(15) sobre todo en conductores de vehículos y en particular, ciclistas; independientemente de que el diagnóstico haya sido clínico o por necropsia, lo que resulta avalado por el comportamiento de la muestra estudiada, observándose que existe sobrediagnóstico del trauma abdominal con similar comportamiento (7) a otro trabajo realizado sobre el tema. Resulta preocupante que los miembros y el abdomen representen las regiones con mayores errores diagnósticos en la totalidad de la muestra estudiada, lo que puede estar en relación con el hecho de coexistir con otra lesión que acapare la atención del médico de asistencia, no existiendo correspondencia entre este resultado y el obtenido en otro estudio (7), no habiéndose encontrado otro reporte similar en la literatura consultada. Al igual que en el trabajo para optar por el título de especialista de primer grado en Medicina Legal de la Dra. Carmen Más García MsC, las fracturas resultan las lesiones menos diagnosticadas; en este caso junto a las lesiones viscerales y las hemorragias; puede contarse con una explicación similar a la brindada en el análisis de la tabla precedente. Llama la atención la elevada frecuencia en que no se refleja en los documentos revisados el diagnóstico clínico de las lesiones recibidas tales como hemorragia y fractura (dejadas de diagnosticar) teniendo en cuenta la influencia directa que ello tiene en la calidad del servicio que se presta y en el riesgo subsecuente de complicación. Son frecuentes (7)(8)(16) las lesiones en otros (huesos y músculo) y del pulmón las menos diagnosticadas, con similar comportamiento al trabajo que sobre el tema también se ha desarrollado en el propio IML (7). Este resultado no difiere del observado en el análisis de otros cuadros del propio trabajo; debe tenerse presente que de 17 diagnósticos clínicos omitidos, 10 corresponden a lesiones pulmonares repercutiendo, indudablemente, en la calidad de la asistencia médica que puede brindarse. El comportamiento observado debe estar en relación con la localización, gravedad y tipo de lesiones recibidas; ya que algunas son de tal intensidad que no permiten la supervivencia y por ende, condicionan la aparición de complicaciones (17). No existe coincidencia entre los diagnósticos clínico y de necropsia sobre la existencia de complicaciones a expensas de una omisión diagnóstica desde el punto de vista clínico (7)(8). Una vez más los casos ignorados desde el punto de vista clínico encuentran esclarecimiento en la necropsia (18), existen trabajos donde se destaca su importancia así como el valor de los análisis de concordancia como evaluadores de la calidad (19)(20). Teniendo en cuenta el elevado número de fallecimientos en Salas de Ingreso, llama la atención que dejan de diagnosticarse complicaciones sépticas en 22 casos las que deben tenerse presente atendiendo a las características del hecho de tránsito que determina, en ocasiones, lesiones con pérdida de barrera o gran destrucción tisular así como por las infecciones nosocomiales que pueden presentarse en pacientes críticos, encamados y con estadias prolongadas (7)(21)(22). Se hace manifiesto que es elevado el porcentaje de casos en que se adolece de información para evaluar la coincidencia diagnóstica tanto de causa directa como básica así como el porcentaje en que el establecimiento de dichas causas no coincide con el resultado de la necropsia, esto último permite plantear al igual que en otros reportes (7) que los médicos de asistencia no dominan la Clasificación Internacional de Enfermedades y Causas de Muerte y Morbilidad Asociadas. En particular el aspecto relativo al establecimiento de la causa básica de muerte, coincidiendo con otros autores; ya que resulta más favorable el comportamiento de la causa directa de la muerte (11)(19). En estudio realizado sobre concordancia diagnóstica entre certificado médico de defunción y estudio de necropsia (23) se reporta que existe una concordancia del 83,11 %, una no concordancia del 10,70 % y se clasifica como indeterminado el 6,2 % de las causas básicas de muerte diagnosticadas en el hospital, resultados que no coinciden con los obtenidos por los autores en el presente trabajo, pudiendo estar relacionado con la fuente de comparación seleccionada (el certificado de defunción en ese caso y la información clínica obtenido en el caso de este reporte); mientras comentan que los resultados de la literatura son habitualmente por debajo del 80 % (24) y se comenta que las diferencias entre los estudios pueden estar relacionadas con las características del hospital, donde ingresa el paciente hasta su fallecimiento así como con el hecho de que en ocasiones el diagnóstico de la causa de muerte se hace por un personal que no es el que da seguimiento a la evolución del paciente. Las mayores precisiones diagnósticas son establecidas a través de una necropsia médico legal completa que incluye el estudio histopatológico, lo que permite evaluar el verdadero rol de esta investigación (25). Teniendo en cuenta el resultado estadístico obtenido es conveniente analizar que, aunque se acuerda la concordancia de tal magnitud como aceptablemente buena, no puede dejarse pasar por alto que la fracción de no concordancia la constituyen casos en los que no se diagnostican oportunamente las complicaciones y por lo tanto no se tratan . El análisis, cuando de problemas de salud y la calidad de la atención se trata, va mas allá que los análisis puramente estadísticos, pues su connotación social y humana así lo exige. CONCLUSIONES: En la muestra estudiada predominan los fallecidos del sexo masculino en los grupos de edades entre 25 y 44 años, lo que concuerda con las estadísticas nacionales y extranjeras, tanto generales de mortalidad por hechos violentos así como con la referente a los accidentes de tránsito. La mayor parte de los estudiados fallece en accidentes durante los fines de semana, víctimas de colisión y atropello, y el vehículo implicado con mayor frecuencia es el ciclo; predominando en ellos la lesión del polo cefálico, cuadro igualmente descrito en los estudios sobre hechos de tránsito publicados. A pesar de ser Habana del Este uno de los municipios de mayor frecuencia de ocurrencia de los hechos estudiados, no existe correspondencia de fallecimientos en el hospital de ese territorio; en tanto ésta sí existe en el caso del gran número de accidentes ocurridos en Plaza de la Revolución y las remisiones procedentes del Hospital “Calixto García”, enclavado en la zona. El mayor porcentaje de fallecimientos del estudio ocurre en salas de ingreso, una vez que se logra que los lesionados lleguen con vida a la unidad asistencial; lo que resulta avalado al encontrar que aquellos que fallecen en el servicio de urgencia (21.56% del total) lo hacen en una estadia inferior a la hora después de su arribo. Existe un sobrediagnóstico clínico del trauma abdominal en tanto se dejan de diagnosticar un número considerable de traumas de miembros y fracturas óseas así como hemorragias y lesiones pulmonares, lo que debe guardar relación con aquéllos en que existe más de una localización de las lesiones o en los que hay más de una lesión y/o más de un órgano lesionado, lo que se explica porque al coexistir lesiones se brinda prioridad a aquéllas que determinan el cuadro relevante. Al igual que en trabajos similares, la aparición de complicaciones se eleva en las estadias hospitalarias por encima de las 72 horas con un predominio marcado de las sépticas; en tanto las circulatorias son de elevada presentación en las primeras doce horas de evolución del lesionado, etapa en la que también se comportan con una frecuencia absoluta de consideración. Existe coincidencia entre los diagnósticos clínico y de necropsia de la causa directa de la muerte en el 38.72% de los casos y algo más elevado en la causa básica de muerte (47.54%); en ocasiones por no empleo adecuado por parte de los médicos de asistencia de los términos y definiciones contenidos en el Manual de Clasificación Internacional de Enfermedades y Causas de Muerte. Es frecuente que no se pueda lograr establecer la coincidencia diagnóstica por adolecer de información de referencia en cuanto a lesiones y existencia de complicaciones al igual que en el diagnóstico de las causas de muerte; dificultad referida en otros trabajos y que entorpece la función evaluadora de la necropsia, a lo que se suma el hecho de que las reuniones de análisis de mortalidad hospitalaria no discuten los fallecidos llamados legales y que la Instrucción Policial no aporta suficiente información relacionada con el hecho para su análisis. A pesar de lo anterior, se ratifica que la necropsia resulta una auditoría y representa un método de control de la calidad que permite evaluar la atención médica en fallecidos víctimas de eventos violentos.
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