El dilema es referido a cuál es la causa cuando coinciden antecedentes y/o elementos de violencia y el hallazgo de estas malformaciones. Para una buena orientación se requiere información sobre circunstancias precedentes y el desarrollo asociado a información necrópsica, a lo que se suman los datos clínicos. Las situaciones posibles a enfrentar se resumen: § Cuando el trauma precipita hemorragia, con predisposición al sangramiento. § Cuando no hay relación de causalidad entre hemorragia y trauma. § Cuando la hemorragia precede e inluso, condiciona el trauma En el primer grupo se encuentran: • Diátesis hemorrágica • Tratamiento anticoagulante • Alcoholismo y envejecimiento En el segundo grupo deben tenerse presentes: • Hipertensión • Aneurisma En estos casos el cuadro hemorrágico no se justifica con el trauma apreciado Como integrantes del tercer grupo podemos apreciar: • Hematomas de localización infrecuente, cuadros anatómicos típicamente espontáneos y evolución sugerente. En una revisión de la casuística de un año se recopilan diversos casos en que fue necesario enfrentar esta situación dilemática, los que se ejemplifican a continuación. • Masculino, de 38 años, hipertenso, que fallece después de la ingestión de bebidas alcohólicas y durante la realización del acto sexual. En la necropsia: saco aneurismático de 1 cm de diámetro, roto, en arteria carótida interna izquierda en el punto de bifurcación. Congestión, hemorragia subaracnoidea y edema. · Masculino, de 27 años, sin antecedentes, que fallece en forma imprevista. En la necropsia: aneurisma congénito de arteria cerebral media izquierda trombosado y roto. Area de necrosis y hemorragia asociada. Hemorragia subaracnoidea. La edad y el carácter imprevisto de la muerte, junto a algunos antecedentes, la hicieron convertirse en sospechosa de criminalidad; por lo que fue realizada una necropsia médico legal que permitió considerar la existencia de una muerte súbita por sus características con causas de muerte codificables dentro de las afecciones del sistema nervioso central. · Masculino, de 43 años, sin antecedentes, que fallece súbitamente. En la necropsia: saco aneurismático de 1.5 cm de diámetro, roto, en arteria carótida interna izquierda en el punto de bifurcación. Congestión, hemorragia subaracnoidea con inundación ventricular y edema. Se trata, aunque con edad mayor que el anterior, de un caso similar en cuanto a presentación y diagnóstico. · Masculino, de 25 años, sin antecedentes, que fallece en forma imprevista. En la necropsia: hemorragia subaracnoidea atribuida a aneurisma congénito de arteria comunicante posterior, roto. En el estudio HP angioma arteriovenoso del cerebelo con ruptura, hemorragia extensa e inundación ventricular. Congestión y edema. Hemorragia subaracnoidea. Con características similares a los anteriores, difiriendo el hallazgo de la patología causal de la muerte. · Masculino, de 36 años, sin antecedentes, que fallece súbitamente. En la necropsia: saco aneurismático roto, en arteria cerebral media derecha. Congestión, hemorragia subaracnoidea y edema. La necropsia médico legal y el hallazgo permitió esclarecer las circunstancias en el fallecimiento de este hombre de 36 años de edad, que ocurrió en antecedentes de participación en una riña. · Masculino, de 17años, sin antecedentes, que fallece en forma imprevista. En la necropsia: hemorragia subaracnoidea atribuida a aneurisma congénito de arteria cerebral media derecha. Congestión y edema. Hemorragia subaracnoidea e intraparenquimatosa. Otro caso de muerte súbita que resulta esclarecido tras el diagnóstico de rotura aneurismática. · Masculino, de 27 años, sin antecedentes, que fallece súbitamente. En la necropsia: saco aneurismático roto en arteria del tronco basilar. Congestión, hemorragia subaracnoidea y edema. Caso similar al anterior. · Masculino, de 56 años, con antecedentes de ser hipertenso, que fallece en forma imprevista. En la necropsia: hemorragia subaracnoidea atribuida a crisis hipertensiva; resultando la rotura de un aneurisma de arteria comunicante posterior abierto en cavidad ventricular. Congestión y edema. Hemorragia subaracnoidea e intraparenquimatosa. Resultó una muerte repentina (ocurrida en un sujeto enfermo que no se espera que muera en ese momento), esclarecida tras la realización de la necropsia médico legal. · Masculino, de 53 años, con antecedentes de hipertensión arterial, que fallece súbitamente. En la necropsia: hemorragia subaracnoidea que se atribuye a la hipertensión. En el estudio HP se constata malformación arteriovenosa rota. Congestión, hemorragia subaracnoidea y edema. Con características similares al caso anterior, variando solo el hallazgo anatomopatológico. · Masculino, de 63 años, con antecedentes de ser hipertenso, que fallece en forma imprevista. En la necropsia: hemorragia subaracnoidea que se atribuye a la hipertensión. En el estudio HP se constata malformación vascular arterial cerebelosa rota. Congestión, hemorragia subaracnoidea con inundación ventricular y edema. Se trata de un caso similar a los precedentes. · Femenina, de 33 años, sin antecedentes, que fallece súbitamente. En la necropsia: marcada encefalomalacia y hemorragia de etiología no precisada. En el estudio HP se constata malformación arteriovenosa. Congestión, hemorragia subaracnoidea y edema. · Masculino, de 11 años, que fallece en forma imprevista, planteándose que fue víctima de una intoxicación plúmbica. En la necropsia: encefalopatía hipóxica. En el estudio HP se constata malformación vascular y edema cerebral. Resultó un elemento importante el hallazgo en el diagnóstico diferencial del tipo de muerte.
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