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Retinoblastoma. Frecuencia y conducta de algunas variables pronosticas en 53 pacientes.

Alejandro Joan Figueroa , Sonia Olga Franco Odio. , Margarita Amigó de Quesada. y Santiago Quintero Cayola.

Departamento de Patología INOR
Instituto Nacional de Oncología
29 y F Vedado, Plaza
10400 Ciudad Habana, CUBA

Cuba
 Resumen
Para conocer la frecuencia de los parámetros clínicos-patológicos más importantes en el retinoblastoma y el comportamiento biológico de algunos factores de riesgos, se estudiaron un total de 53 pacientes asistidos en nuestra Institución durante un período de 12 años (1991-2003).

Los parámetros clínicos-macroscópicos evaluados fueron edad, sexo, lateralidad de la lesión y dimensiones del tumor. Las variables histopatológicas incluyeron el patrón de crecimiento neoplásico intraocular, grado de diferenciación, siembras locales intraoculares, grado de invasión a la coroides, esclera y nervio óptico.

El grupo etario de 1 a 3 años, el sexo masculino, la unilateralidad de las lesiones y la presencia de tumores de proporciones medias (15-20 mm de base x 10-15 mm de altura), fueron los parámetros clínicos-macroscópicos más destacados. El patrón de crecimiento mixto, lesiones indiferenciadas y las siembras locales en el humor vítreo, constituyeron las características histopatológicas más significativas.

De los 53 casos sólo 2 pacientes fallecieron por el curso irreversible de la enfermedad, con invasión al nervio óptico, la coroides y tumores indiferenciados de dimensiones mayores de 20 x 15 mm. Los sitios de recaida fueron al hígado y el cerebro respectivamente, con un intervalo libre de enfermedad promedio de 11.5 meses.

Concluímos que para lograr una mayor precisión en la búsqueda de parámetros histopatológicos tan sensibles como la invasión uveo-escleral y del nervio óptico, el manejo de estos especímenes debe ser realizado por un personal técnico-profesional especializado en este tipo de labor.
 Introducción
El Retinoblastoma (RB) es el tumor intraocular más común de la infancia y el más frecuente de la retina. Las estadísticas concernientes a estas lesiones basadas en la experiencia clínica son siempre mucho más altas que la registrada por los laboratorios de patología, ya que muchos casos detectados tempranamente son tratados con radiación, fotocoagulación o crioterapia con resultados muchas veces favorables(1).

La incidencia mundial del RB es de 1/14,000-23,000 nacidos vivos, J.A.Shields la estima en 1/15,000 en Estados Unidos(2), Inglaterra reporta 1/23,000, Japón 1/20,000 y Holanda 1/16,000(1). En Cuba la prevalencia es de 1/24,000 nacidos vivos ocupando el quinto lugar entre las neoplasias malignas de la niñez(3).

La sobrevida del RB en países desarrollados ha cambiado enormemente desde hace 100 años atrás en que era casi uniformemente una enfermedad fatal, a una entidad en la cual el 95% de los pacientes son curados(1,2). Este logro es debido a su diagnóstico tem-prano y la mejora en la calidad de los métodos de tratamiento. En cambio en países sub-desarrollados como la India se plantea un incremento en su incidencia, sobre todo de la forma unilateral no heredable y de los casos con enfermedad en etapa III (50% de los pacientes) esta última debido a una demora en los diagnósticos médicos(4). En nuestro centro, antes de 1974 la sobrevida era del 52% a los 5 años y 1 de 2 pacientes fallecía, en estudios más recientes que comprendieron un período de 25 años (1970-1995) esta cifra mejoró a un 98%(3).

En el presente trabajo nosotros realizamos un estudio descriptivo retrospectivo de los RBs en nuestro laboratorio durante los últimos 12 años (1991-2003) dirigiendo particular atención a los factores pronósticos más importantes que se describen en estas neoplasias.
 Material y Métodos
Se evaluó un total de 53 muestras de pacientes enucleados por RBs (50 de nuestro centro y 3 remitidos de otros hospitales) seleccionados de los archivos de solicitud de biopsias del departamento de patología del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiologia (INOR) durante los últimos 12 años, completándose la información clínica faltante en la revisión de las historias clínicas de los casos que así lo necesitaron. Las láminas histológicas no competentes para el examen patológico fueron nuevamente reproducidas de los tacos de parafina correspondientes siendo los diagnósticos histológicos realizados por un patólogo sin el conocimiento previo de los datos clínicos patológicos de los pacientes.

Las variables clínicas-macroscópicas analizadas fueron: sexo, edad, lateralidad (en los casos bilaterales se incluyó en la base de datos sólo el ojo más comprometido por el tumor) y dimensiones del tumor en milímetros (esta información se obtuvo de los estudios ultrasonográficos o del examen macroscópico del ojo enucleado y fue lograda en 44 pacientes; se dividió en 3 subgrupos: pequeños, medianos y grandes, cada uno según su base hacia la superficie retiniana y la altura hacia el cuerpo vítreo).

Los parámetros histopatológicos comprendieron:

1. Patrón de crecimiento neoplásico intraocular.
a. Endofítico: crecimiento tumoral desde las capas internas de la retina hacia el cuerpo vítreo.
b. Exofítico: crecimiento desde las capas externas de la retina hacia el espacio subretinal.
c. Mixto: combinación de ambos patrones

2. Grado de diferenciación histológica del tumor: Se basó en el porcentaje de áreas diferenciadas en relación con el área total del tumor.
a. Bien diferenciado: presencia de rosetas de Flexner-Wintersteiner completas o incompletamente desarrolladas, rosetas de Homer-Wright, florecillas o células de tipo bipolares en un 80% o más del área total del tumor.
b. Poco Diferenciado: ausencia de estas estructuras en el 80% o más del área total del tumor.

3. Siembras locales intraoculares. Dado que los sitios de siembras celulares intraoculares no fueron exclusivos en la mayoría de los casos, este parámetro se dividió en 2 subgrupos: "siembras únicas y siembras combinadas" en los siguientes puntos: retina distal v/s multicentricidad, humor vítreo, cámara anterior, subretina y superficie interna del epitelio pigmentario retiniano.

4. Grado de invasión de la coroides: Se subdivide en:
a. No invasión coroidal.
b. Compromiso mínimo: células neoplásicas que destruyen la membrana de brusch sin invadir la profundidad de la coroides, con un máximo de 3 células tumorales agrupadas.
c. Invasión coroidal masiva: cualquier compromiso de la coroides que no sea mínimo.

5. Grado de invasión de la esclera: Se subdivide en:
a. No invasión de la esclera.
b. Compromiso intraescleral.
c. Compromiso extraescleral: infiltración microscópica al tejido orbitario.

6. Grado de invasión al nervio óptico: Se subdivide en:
a. No compromiso del nervio óptico.
b. Compromiso prelaminar: anterior a la lámina cribosa.
c. Compromiso laminar: a la lámina cribosa.
d. Compromiso postlaminar: dentro y más allá de la lámina cribosa pero sin invadir la línea de sección de corte del nervio óptico o el espacio subaracnoideo.
e. Invasión de la línea de resección y/o espacio subaracnoideo.
 Resultados
RESULTADOS Y DISCUSION

El RB es considerado una lesión que no describe preferencia de sexos o razas(1,2) aunque algunos autores encuentran una frecuencia ligeramente mayor en varones que en hembras, especialmente en aquellos casos bilaterales(5). En este trabajo el sexo masculino mostró un 52,8% de casos (28 pacientes) contra un 47.1% de hembras (25 casos), cifras que tampoco alcanzan valores de significación estadística, estando la bilateralidad mayormente representada por el sexo masculino (9 varones/3 hembras).

GRAFICO No. 1
El grupo etario de mayor incidencia fue el de 1 a 3 años (27 casos) con el 50.9% (gráfico 1). Según Zimmerman L.E et.al. La mayoría de estas lesiones predominan antes de los 3 años de edad (edad media 16 meses - 2 años) pudiendo aparecer incluso en prematuros y recién nacidos a término(1). De los 760 casos del registro de patología oftálmico de los Estados Unidos (ROP) sólo 5 pacientes fueron mayores de 10 años(1), en otra serie el paciente más viejo tenía 17 años(6). Mietz et.al. Reportan un caso en una joven de 26 años y dicen que hasta la fecha de su artículo sólo se habían publicado 8 pacientes mayores de 20 años(7). El caso más viejo de nuestra serie fue una adolescente de 11 años remitida de otro centro. La bilateralidad general de los RBs se estima entre 25 y 30%(2), llegando para otros autores hasta un 37.5%(5). En nuestra casuística que toma en cuenta sólo los pacientes enucleados, ésta llegó a un 22.6% (12 casos) ocupando un papel destacado los lactantes (gráfico 1) con el 75%. Se estima que la edad media al diagnosticar un RB bilateral es significativamente más baja que para lesiones unilaterales, siendo menos de 12 meses para De Vita V.T(5), y de 9 meses para Khelfaoui F. et.al.(8).

TABLA No. 1
Retinoblastoma. Distribución según el patrón de crecimiento neoplásico y las dimensiones del tumor.
TIPO DE CRECIMIENTO BASE DEL TUMOR
<15 mm % 15-20 mm % >20 mm % TOTAL %
Endofítico 9 20.4 9 20.4 3 6.8 21 47.7
Exofitico -- -- 1 2.2 -- -- 1 2.2
Mixto -- -- 13 29.5 9 20.4 22 50
TOTAL 9 20.4 23 52.2 12 27.2 44 100
ALTURA DEL TUMOR
<10 mm % 10-15 mm % >15 mm % TOTAL %
Endofitico 10 22.7 10 22.7 1 2.2 21 47.7
Exofitico -- -- 1 2.2 -- -- 1 2.2
Mixto 6 13.6 14 31.8 2 4.5 22 50
TOTAL 16 36.3 25 56.8 3 6.8 44 100


En 44 lesiones se pudo evaluar el tipo de crecimiento neoplásico intraocular y las dimensiones del tumor (Tabla # 1). El patrón mixto fue el más común (50%) tanto aquí como en la experiencia de otros estudios especialmente cuando se combina con grandes tumores(1). Sin embargo un patrón endofitico constituyó el 51% de la casuística de Biswas J. et.al.(9) la cual si la comparamos con el 47.7% de nuestras lesiones endofiticas nos percatamos que la diferencia entre estas dos modalidades no fue significativa. Valdría la pena añadir que uno de nuestros pacientes con enfermedad bilateral mostró en uno de sus ojos un RB tipo regresión espontanea completa, variante patológica muy poco frecuente con lesión contralateral activa.

23 casos (52.2%) midieron entre 15 a 20 mm de base y 25 lesiones (56.8%) tenían entre 10 a 15 mm de altura; No obstante los 2 fallecidos en esta serie mostraron tumores mayores de 20 mm de base x 15 mm de altura con patrones mixtos de crecimientos. En un análisis de regresión logístico uní y multivariable se sugiere que lesiones de una altura > 15 mm son importantes indicadores clínicos de invasión al Nervio Optico (NO) y más cuando éstas se asocian a un patrón de crecimiento exofítico, variable que también de forma aislada o combinada constituye un indicador clínico de toma del NO, por otra parte lesiones más pequeñas, un patrón de crecimiento endofítico o cualquier dimensión del tumor según su base no mostraron importancia estadística(6). Otro estudio encontró que RBs endofíticos no difieren significativamente de lesiones exofíticas con relación a la invasión del NO y al desarrollo de metástasis pero los tumores exofíticos son más propensos a desarrollar glaucoma secundario e invasión coroidal(10). El mecanismo de acceso al NO en neoplasias exofíticas podría ser por la tracción que ejerce el tumor sobre el NO al desprender secundariamente la retina y romper la integridad de sus fibras nerviosas haciéndose más vulnerable a la penetración neoplásica. En el caso de tumores endofíticos este fenómeno es menos probable debido a su modo de crecimiento hacia el vítreo y fuera del NO (6).

TABLA No. 2.
Retinoblastoma, distribución según las siembras locales intraoculares.
Siembras locales Intraoculares Tipo de siembra Total
Unica Combinada
Retina distal vs. Multicentricidad 5 17 22
Humor vítreo 11 23 34
Cámara anterior -- 2 2
Subretina 2 14 16
Superficie interna del epitelio pigmentario retiniano -- 13 13


Los sitios más frecuentes de siembras celulares intraoculares durante el desarrollo de la enfermedad se encuentran reflejados en la tabla # 2. En nuestra serie no se pudo discernir en 22 casos cuando estábamos en presencia de una verdadera siembra en la retina distal a la masa tumoral principal de posibles focos de multicentricidad; Es importante distinguir las lesiones multicéntricas de las siembras retinianas, ya que la presencia de tumores múltiples es indicativo de mutación germinal pero la distinción es muchas veces difícil sino imposible(1).
El blanco principal de mayores implantes lo constituyó el humor acuoso, tanto de forma aislada como en relación con otras localidades con 34 casos (64%) con resultados similares a los de la serie de Biswas J. et.al.(9). Las células tumorales desde el vítreo pueden diseminarse a la cámara posterior y de aquí a la cámara anterior por vía del fluido acuoso a partir de la cual puede extenderse fuera del ojo por lo que se consideran los implantes a la cámara anterior un factor de riesgo aislado, con un intervalo libre de enfermedad a los 3 años entre 71 y 88% para casos con o sin invasión de la misma respectivamente, diferencia estadísticamente importante(8); No obstante en los 2 casos con siembras a la cámara anterior encontrados en nuestro trabajo, el tumor permaneció confinado al ojo; Para Chantada GL, ésta no constituye una variable pronóstica(11).
En RBs de crecimiento exofítico el desprendimiento de retina secundario hace que las células tumorales ganen el exudado subretiniano con implantes secundarios sobre la superficie externa de la retina e invasión de la superficie interna del epitelio pigmentario retiniano (E.P.R.), membrana de bruch y la coroides(1).

Microfotografías #: 1 y 2 RB poco diferenciado con siembras de células tumorales a la cámara anterior

TABLA No. 3
Retinoblastoma. Distribución según tipo de invasión esclero-coroidal y grado de diferenciación histológica.
Tipo de Invasión Grado de Diferenciación Total
Diferenciado Indiferenciado
Casos % Casos % Casos %
CORIODES
Libre 14 26.4 27 50.9 41 77.3
Mínimo -- -- 9 16.9 9 16.9
Máximo -- -- 3 5.6 3 5.6
ESCLERA
Libre 14 26.4 35 67.9 50 94.3
Intraescleral -- -- 3 5.6 3 5.6
Extraescleral -- -- -- -- -- --


Según el grado de diferenciación histológica 73.5% de los pacientes mostraron formas indiferenciadas de RB, la cual fue la única modalidad histológica de carácter infiltrativo hacia las estructuras uveo-esclerales y NO (Tablas # 3 y 4) acompañando además a la enfermedad metastásica de curso fatal; En una serie de 232 muestras, las lesiones indiferenciadas alcanzaron el 58%(9) no encontrándose resultados superiores a los nuestros en el resto de la bibliografía consultada. Scott MH.et.al. encuentran a los tumores pobremente diferenciados importantes marcadores del desarrollo de metástasis(12); Khel-faoui. F. et.al. estiman que en 3 años la sobrevida de los casos con lesiones bien diferenciales es del 93% y del 85% para las formas poco diferenciales cuando se analiza esta variable de forma aislada, la cual consideran de poca importancia estadística(8); otros tampoco la correlacionan con el riesgo de metástasis(11).

El tracto uveal puede ser un punto de partida para el desarrollo de la enfermedad extra-ocular(8, 12, 13, 14, 15, 16) aunque otros estudios no han podido señalar este parámetro como un verdadero factor de riesgo para metástasis(11, 17, 18). En análisis estadísticos univariables se plantea que la invasión mínima a la coroides no tiene ningún valor pronóstico mientras que la infiltración masiva de la misma, acompañada o no de invasión de la esclera constituye un importante factor predictivo de recaída(8). Shields CL.et.al. plantean que la infiltración del tracto uveal constituye un riesgo de metástasis especialmente si se asocia con cualquier grado de compromiso del NO (13). La invasión coroidal mínima y masiva en nuestro trabajo fue del 17% (9 pacientes) y 5.6% (3 pacientes) respectivamente (Tabla # 3) de los cuales sólo los casos con toma masiva de la uvea llegaron a ocupar la esclera sin rebasar los límites de la misma, en 5 casos hubo también compromiso del NO (4 de ellos controlados y 1 fallecido), de forma que en sentido general la toma del tracto uveal alcanzó el 22.6% cifras muy por debajo de otras series hasta con un 65%(8, 9, 14, 19).

Desde la coroides las células tumorales pueden ganar acceso a las venas ciliadas y nervios de la esclera o bien por reemplazamiento masivo de la esclera diseminarse a la órbita y la conjuntiva donde invade los vasos sanguíneos y linfáticos con metástasis a distancia(1).

Microfotografia #: 3 RB poco diferenciado con infiltración masiva al tracto uveal.

TABLA No. 4
Retinoblastoma. Distribución según tipo de invasión al nervio óptico y grado de di-ferenciación histológica.
Tipo de Invasión Grado de Diferenciación Total
Diferenciado Indiferenciado
Casos % Casos % Casos %
NERVIO OPTICO
Libre 14 26.4 20 37.7 34 64
Prelaminar -- -- 4 7.5 4 7.5
Laminar -- -- 10 18.8 10 18.8
Postlaminar -- -- 4 7.5 4 7.5
Línea de resección y/o espacio subaracnoideo -- -- 1 1.8 1 1.8
TOTAL 14 26.4 39 73.5 53 100


La invasión del disco óptico hacia el NO es la vía más común de diseminación, desde donde pasa a lo largo de sus fibras hacia el quiasma óptico ó infiltra la piamadre del NO, el espacio subaracnoideo y el líquido cefaloraquideo, punto de partida de la dispersión cerebro espinal(1).

Dentro de los niveles de invasión al NO, tuvimos 14 pacientes con tumores poco diferenciados que invadían la zona prelaminar y laminar (26.4%), 4 (7.5%) se extendían hasta la región postlaminar y 1 sólo caso (1.8%) alcanzó la línea de resección (Tabla # 4). En algunos trabajos la invasión del NO en cualquiera de sus formas llegó hasta un 29.5% de los ojos enucleados(6, 20); En la serie de 232 casos de Biswas J.et.al. esta fue del 32% (Prelaminar 32% y postlaminar 29%)(9) con resultados muy cercanos a los nuestros del 35.8%; Aún en otra serie, esta llegó hasta el 45%(8) la cifra más elevada encontrada en esta revisión, salvo que para este autor el 36% de sus casos procedían de países subdesarrollados con gran demora en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. En realidad, nuestro porcentaje es de poco valor significativo cuando comprendemos que la invasión del tumor a la zona prelaminar y laminar no tiene estadísticamente para muchos ningún efecto sobre el desarrollo de alguna forma de enfermedad extraocular y por lo tanto su pronóstico parece ser el mismo que para aquellos casos que no infiltran al NO (8, 11, 14, 20).

Para Magramm I. el at.(20) el estado anatómico del NO es un importante factor de riesgo y la mortalidad está relacionada con el nivel de profundidad del compromiso neoplásico, así cuando éste invade la cabeza del nervio óptico ésta se estima en un 10%, a la lámina cribosa de un 29%, a la región postlaminar de un 42% y en la línea de sección de corte de un 78%. La invasión postlaminar y/o de la línea de sección tienen estadísticamente un alto riesgo de recurrencia orbitaria y enfermedad metastásica(6, 8, 12, 15). La infiltración del NO con compromiso de la línea de resección y la extensión extraescleral (compromiso microscópico de la órbita) son factores de riesgo altamente significativos de muerte(6, 8, 16, 19, 20, 21). 4 de 5 pacientes en nuestra serie con toma postlaminar y/o de la línea de sección muestran control de su enfermedad en un período de seguimiento entre 1 y 8 años y solo 1 caso falleció.

Microfotografia #: 4 RB poco diferenciado que invade el NO hasta la línea de resección.

TABLA No 5
Retinoblastoma. Lateralidad, tipo de invasión, sitio de recaída y muerte.
Lateralidad Invasión Uveo-Escleral Nervio Optico Tiempo de Recaída (meses) Sitio de Recaída Intervalo Recaída-Muerte
Bilateral Mínima Laminar 16 meses Hígado 19 días
Unilateral Masiva Post-laminar 7 meses Cerebro 21 dias


Uno de nuestros fallecidos tuvo un RB bilateral (Tabla # 5); Según algunos modelos pronósticos de regresión logísticos multivariables la bilateralidad es el único parámetro que prueba ser el más relacionado con un curso fatal, muchos de estos casos fallecen por un nuevo tumor primario intracraneal (!!RB!!!Retinoblastoma! trilateral) (1, 22, 23). Otros estudios no comparten la misma opinión e incluso consideran la bilateralidad como una variable favorable(8, 24). En este caso en la autopsia no se extrajo el encéfalo pero el paciente nunca tuvo manifestaciones neurológicas, sin embargo su cuadro clínico durante la recaída fue básicamente el de una insuficiencia hepática corroborada anatómicamente por una hepatomegalia metastásica gigante lo que nos inclina a pensar que probablemente la vía de diseminación no fue a través del NO sino hematógena a partir de los capilares de la coroides; Esta modalidad de metástasis es más frecuente cuando la neoplasia infiltra los vasos extraoculares luego de atravesar la barrera uveo-escleral, pero en menor grado la infiltración aislada de la coroides no está exenta del mismo fenómeno como explicamos anteriormente. En el segundo caso el paciente recae por toma neurológica pero ya había invasión posterior a la lámina cribosa del NO, no obstante contrario al caso anterior a pesar de existir una infiltración masiva a la coroides no aparecieron metástasis en ninguna víscera fuera del cerebro desde el punto de vista clínico pues no se realizó necropsia (Tabla # 5). Para Shields CL. et. al. la presencia sincrónica de invasión retrolaminar al NO e infiltración masiva a la coroides son altamente predictivos de enfermedad metastásica(6).

Las metástasis en el RB ocurren generalmente dentro del primer o segundo año luego del tratamiento(1). Scott MH.et.al. promedian la enfermedad metastásica 17.5 meses después del diagnóstico y la muerte 10.3 meses después del diagnóstico de las metástasis(12). Kopelman JE. et.al. consideran que el tiempo de vida medio a la muerte es de 6.4 meses para casos unilaterales y de 14.2 meses en casos bilaterales(18). Por otra parte la muerte a largo plazo por enfermedad metastásica en RBs tratados es un fenómeno tan raro que cuando este hecho sucede hay que considerar la posibilidad de un nuevo tumor primario (segundo tumor)(1).

La explicación del por qué no se pudo confirmar histológicamente la presencia de células tumorales en los vasos de la coroides ó invadiendo masivamente la misma en el primer caso, creemos que se debió a que los cortes realizados ó no llegaron al área del compromiso microscópico o se pasaron del mismo lo que dio lugar a una evaluación incorrecta de estos parámetros.
Imagen de Retinoblastoma. Frecuencia y conducta de algunas variables pronosticas en 53 pacientes.
Microfotografía #: 1 RB poco diferenciado con siembras de células tumorales a la cámara anterior
Imagen de Retinoblastoma. Frecuencia y conducta de algunas variables pronosticas en 53 pacientes.
Microfotografía #: 2 RB poco diferenciado con siembras de células tumorales a la cámara anterior
Imagen de Retinoblastoma. Frecuencia y conducta de algunas variables pronosticas en 53 pacientes.
Microfotografia #: 3 RB poco diferenciado con infiltración masiva al tracto uveal.
Imagen de Retinoblastoma. Frecuencia y conducta de algunas variables pronosticas en 53 pacientes.
Microfotografía #: 4 RB poco diferenciado que invade el NO hasta la línea de resección.
 Discusión
1 - La edad, sexo y bilateralidad de las lesiones no mostraron diferencias con las estadísticas internacionales consultadas.

2 - RBs grandes (Mayores de 20 x 15 mm de base y altura) podrían tener un comportamiento biológico más agresivo.

3 - Los implantes de células tumorales a la cámara anterior del globo ocular en esta serie no afectaron la favorable evolución de los pacientes.

4 - El RB poco diferenciado alcanzó el 73.5% de las lesiones, superando los registros de otros trabajos, además fue la única modalidad histológica de carácter infiltrativo local a las estructuras intraoculares y de curso fatal, resultados que no fueron unánimes en la bibliografía consultada.

5 - El porciento de casos que invadían los planos profundos de la coroides y el NO fue más bajo que en otras series lo cual se debió probablemente a la rapidez en él diagnóstico y tratamiento de estas lesiones.

6 - Para lograr una mayor precisión en la búsqueda de parámetros histopatológicos tan sensibles como la invasión uveo-escleral y del NO, enfatizamos la importancia del manejo de estos globos oculares por un personal técnico-profesional especializado en este tipo de labor a fin de lograr la mayor calidad en los informes de biopsias que permitan así dirigir un tratamiento más efectivo a estos pacientes.
 Bibliografia
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