Congreso Virtual sobre Anatomía Patológica
ISBN: 978-84-692-76778

COMUNICACIONES

1783. Patología Quirúrgica

Pericarditis amebiásica en Guatemala. Presentación de un caso y revisión de la literatura.

Amparo de la Candelaria Rivera Valdespino[1], Dr. MArco Aurelio Guerrero[2], Bárbara Sailé Cruz Chávez[1], Petra Elsa Beltrán Zánchez[1]
(1) Hospital Clínico-Quirúrgico Docente "Dr. Salvador Allende" CUBA
(2) Hospital Nacional regional de Escuintla. Guatemala. Centroamérica GUATEMALA

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La entamoeba histolytica es un protozoario de distribución mundial, que afecta fundamentalmente a países en vías de desarrollo y del tercer mundo, que tiene una morbilidad de hasta 500 millones en el mundo anualmente y de ellos mueren alrededor 110,000 persona por año, debido a las complicaciones de esta enfermedad.

La amebiasis se considera la tercera causa de muerte en el mundo por enfermedades infecciosas, solamente antecedida por la malaria y la esquistosomiasis. 

 

La amebiasis se trata de una enfermedad que se conoce desde la antigüedad, siendo descrita por Celso e Hipócrates con el nombre de “flujo de vientre”.  Hipócrates (460 a 377 AC) reconoció la amebiasis en un paciente con disentería y fiebre. Posteriormente, en el Antiguo Testamento y la Medicina Interna Clásica de Huang Ti (140 a 87 AC) se denominó la disentería.  

El término disentería del griego dys: alteración, enteron: intestino, aparece en documentos de diversas culturas e idiomas: hebreo, griego, chino, sánscrito, entre otros.

Se presenta la recopilación histórica de este parásito desde épocas remotas cuando no se reconocía como causa de enfermedad hasta los avances moleculares. Entamoeba histolytica es un protozoo de distribución mundial, que afecta en particular a países en vía de desarrollo, infecta alrededor de 500 millones de personas y anualmente 110.000 mueren por complicaciones. Así, la amebiasis es considerada la tercera parasitosis causante de mortalidad mundial después de la malaria y la esquistosomiasis. Las personas infectadas se dividen en dos grupos de acuerdo a sus manifestaciones clínicas: 90% son asintomáticos (portadores sanos) y 10% son sintomáticos principálmente a nivel intestinal (disentería amebiana, rectocolitis aguda, colitis no disentérica crónica, ameboma) y extraintestinal (absceso hepático amebiano -AHA-, absceso cerebral, enfermedad genitourinaria y cutánea). Sin embargo, 1% de las personas infectadas pueden desarrollar patologías potencialmente fatales como colitis amebiana fulminante o AHA.

 Paciente masculino, de 34 años de edad, salvadoreño, trabajador de campo de “temporada”, que se presenta a la Emergencia con queja de dificultad respiratoria de 8 días de evolución.

Al examen luce crónicamente enfermo, con taquipnea, ingurgitación yugular y ruidos cardíacos muy alejados (triada de Beck), fiebre en picos.

Además se detectó hepatomegalia.

Se instala tratamiento médico con penicilina cristalina.

Ingresa con impresión clínica de pericarditis con derrame al pericardio.

El estudio incluye punción pericárdica, obteniendo pus achocolatado.

Se decide colocar a través de un punzón de vías biliares, una sonda de alimentación No. 16, que en 36 horas drenó aproximadamente 8 litros de pus.

El tiempo de hospitalización fue de 8 días.

Tratamiento: Penicilina y Sulfato de Emetina (no existía el Metronidazol inyectado)

El paciente evolucionó satisfactoriamente y radiológicamente demostramos como diagnóstico de egreso: ABCESO HEPÁTICO QUE DRENÓ AL PERICARDIO. 

 


 

Introducción    

La entamoeba histolytica es un protozoario de distribución mundial, que afecta fundamentalmente a países en vías de desarrollo y del tercer mundo, que tiene una morbilidad de hasta 500 millones en el mundo anualmente y de ellos mueren alrededor 100,000 persona por año, debido a las complicaciones de esta enfermedad.

La amebiasis se considera la tercera causa de muerte en el mundo por enfermedades infecciosas, solamente antecedida por la malaria y la esquistosomiasis.  

 

La amebiasis se trata de una enfermedad que se conoce desde la antigüedad, siendo descrita por Celso e Hipócrates con el nombre de “flujo de vientre”.  Hipócrates (460 a 377 AC) reconoció la amebiasis en un paciente con disentería y fiebre. Posteriormente, en el Antiguo Testamento y la Medicina Interna Clásica de Huang Ti (140 a 87 AC) se denominó la disentería (1).

El término disentería del griego dys: alteración, enteron: intestino, aparece en documentos de diversas culturas e idiomas: hebreo, griego, chino, sánscrito, entre otros (2).

Podemos hablar de este parásito desde épocas remotas, cuando se desconocía que era un agente causal de enfermedades y se ha logrado estudiar hasta avances moleculares del mismo (1,2).

Las personas infectadas por la ameba se dividen en dos grupos de acuerdo a sus manifestaciones clínicas: 90% son asintomáticos (portadores sanos) y 10% son sintomáticos presentando manifestaciones intestinales (disentería amebiana, rectocolitis aguda, colitis no disentérica crónica, amebota), aunque también pueden aparecer manifestaciones extraintestinales como son el absceso hepático amebiano, absceso cerebral, enfermedad genitourinaria y manifestaciones cutáneas (rash). Pueden aparecer complicaciones que pongan en riesgo la vida del paciente, en un 1% de los infectados, como pueden ser: colitis amebiana fulminante, absceso hepático amebiano con complicaciones como: pericarditis amebiásica.

La pericarditis amebiásica es una grave complicación de un absceso hepático producido por ameba histolytica, afectando fundamentalmente el lóbulo izquierdo, lo que permite que una perforación del absceso a ese nivel produzca el drenaje del material purulento y la acumulación del mismo a nivel del pericardio, lo cual va acompañado de dolor precordial, fiebre y alteraciones electrocardiográficas (complejo QRS de bajo voltaje), y en el Rx de tórax la confirmación de una cardiomegalia.

El parásito existe en dos formas: una forma móvil, llamada “trofozoíto” y una forma quística, que es la responsable de la infección de persona-persona. Este parásito puede invadir el intestino delgado pero produce lesiones en la mucosa del intestino grueso y cuando las condiciones a ése nivel le son adversas, el parásito, en forma de trofozoito puede mutar o cambiar para la forma quística, para protegerse y sobrevivir en el organismo humano (3).

El tratamiento de la amebiasis mas efectivo es con Metronidazol y drogas análogas a este medicamento, siendo muy efectivo, a pesar de que se desconoce el mecanismo de acción del mismo, se cree que por tratarse de un organismo anaeróbico, esta droga actúa provocando una lesión por reperfusión, que es la lesión inducida por radicales libres, en particular por especies de oxígeno activado, produciendo una lesión de la membrana, muriendo el microorganismo por un stress oxidativo (3,4).

 

Presentación clínica del caso    

PRESENTACIÓN CLÍNICA DEL CASO.

Es necesario hacer la salvedad que el caso que estamos presentando fue tratado en el Hospital Nacional Regional de Escuintla, Guatemala – Centroamérica, en el año 1979, donde no se contaba con medios de diagnósticos precisos como US (Ultrasonido), ni había en ese momento medicamentos de elección para el tratamiento de esta entidad, de ahí que nos motivamos a presentarlo precisamente por las dificultades que existían y a pesar de ellas el paciente resolvió su cuadro y egresó sano.

Paciente masculino, de 34 años de edad, salvadoreño, trabajador de campo de “temporada”, que se presenta en la Emergencia del Hospital Nacional Regional de Escuintla por presentar dificultad respiratoria de 8 días de evolución.

Al examen presenta toma marcada del estado general, con taquipnea, ingurgitación yugular y ruidos cardíacos muy alejados (triada de Beck), fiebre en picos.

Al examen físico se constató hepatomegalia.

Se decide ingresar con el diagnóstico clínico de una pericarditis con derrame pericárdico, poniéndose tratamiento con antibiótico: penicilina cristalina. Ya en sala se decide realizar una punción pericárdica, obteniendo “pus achocolatado”, el material extraído se envió para el Departamento de Microbiología y Anatomía Patológica para su estudio.

Para demostrar radiológicamente que el paciente presentaba un derrame pericárdico y que se trataba de un absceso hepático que drenó al pericardio, se procedió a realizar una punción pericárdica con un trócar (Aguja No.20, de 4 pulgadas, con mandril) (para punción espinal), luego usamos un equipo de punción de vías biliares para colocar una sonda de alimentación de “Levin”, No. 16 (Figura No.1), se le inyectó a través de ésta 50 cc de contraste (biligraf) y luego inyectamos 500 cc de aire, tomándose las radiografías con el enfermo amarrado a la mesa y con los pies hacia arriba en la “posición de San Pedro mártir”.

Al paciente se le dejó la sonda de Levin a través de la misma drenó 8 litros de un líquido de aspecto purulento, “achocolatado” (Figura No.2).

El tiempo de hospitalización fue de 8 días.

El tratamiento impuesto fue: Penicilina y Sulfato de Emetina (no existía el Metronidazol inyectable).

El paciente evolucionó satisfactoriamente, demostrando por radiología, estudios microbiológicos y anatomopatológicos un Absceso Hepático Amebiano que drenó al pericardio provocando una Pericarditis Amebiásica.

 

RADIOLOGÍA.

En la radiografía de tórax póstero - anterior (AP) se observa una gran cardiomegalia con borramiento de las muescas de los bordes cardíacos en ambos lados, así como discreto ensanchamiento del pedículo vascular, como suelen verse en las pericarditis, todo esto asociado a pequeño derrame pleural derecho (Figura No. 3).

Se inyecta “aire” a través de una punción que se realiza en el pericardio y vemos que el mismo decola este, logrando visualizarle adecuadamente alguna de las cavidades cardíacas que descansan sobre el hemidiafragma (Figura No. 4). Posteriormente se inyecta medio de contraste yodado (50cc) a través de una sonda de Levin que se encuentra en posición abdominal a nivel hepático (lóbulo izquierdo). El contraste referido por un trayecto existente o “fístula” atraviesa el hemidiafragma  y tomando la radiografía con el paciente en posición de “San Pedro mártir” vemos como el aire asciende quedando el contraste en posición baja, demostrando la existencia de esta fístula  anteriormente descrita desde una absceso hepático hasta la cavidad pericárdica (Figura No.5).

Al finalizar el tratamiento, se le realiza radiografía de tórax evolutiva donde se demuestra diámetro cardio-aórticos dentro de límites normales, con discreto borramiento costo-frénico derecho por pleuritis residual (Figura No. 6).

ANATOMÍA PATOLÓGICA.

Se envió la muestra del líquido achocolatado, similar al “pus” a los laboratorios de Microbiología y Anatomía Patológica, demostrándose la etiología parasitaria (amebiásica) del material (Figura No. 7).

 

Figura No. 1: Equipo de punción de vías biliares con sonda de alimentación (Levin) No. 20.
Figura No. 1: Equipo de punción de vías biliares con sonda de alimentación (Levin) No. 20.


Figura No.2: Sonda de alimentación (Levin) a nivel del epigastrio
Figura No.2: Sonda de alimentación (Levin) a nivel del epigastrio


Figura No. 3: Gran cardiomegalia. Reacción pleural derecha.
Figura No. 3: Gran cardiomegalia. Reacción pleural derecha.


Figura No. 4: Neumopericardio.
Figura No. 4: Neumopericardio.


Figura No. 5: Presencia de contraste y aire en cavidad pericárdica.
Figura No. 5: Presencia de contraste y aire en cavidad pericárdica.


Figura No. 6: Área cardíaca normal. Pleuritis residual derecha.
Figura No. 6: Área cardíaca normal. Pleuritis residual derecha.


Figura No. 7: Ameba Histolytica.
Figura No. 7: Ameba Histolytica.




Discusión    

DISCUSIÓN.

Los quistes se entamoeba histolytica, de pared delgada y 4 núcleos son la forma infectante del parásito, ya que son resistentes al ácido gástrico, una vez que llegan a la luz intestinal (colon), estos quistes liberan los trofozoítos, la forma “ameboide”, capaces de reproducirse en condiciones anaerobias sin lesionar al huésped (4).

La infección por entamoeba histolytica produce diarreas sanguinolentas, dolor abdominal, fiebre, cuando el protozoo se une a la mucosa del colon, produce lisis de la misma, invadiendo la padre intestinal, debido a la participación de proteínas que se encuentran en el parásito:

·        Proteinasas de cisterna: rompen la proteína de la matriz extracelular.

·        Lectina de la superficie del parásito: se une a los carbohidratos de la superficie de las células epiteliales del colon y de los hematíes.

·        Proteína formadora de canales (amebaporo): induce la aparición de poros en la membrana plasmática de las células epiteliales del colon y las lisa.

Se desconoce todavía en la patogenia de la amebiasis el por qué solamente un 10% de las personas infectadas, presentan diarreas, existe la hipótesis de que por existir dos variantes genéticamente diferentes de amebas: la E. Histolytica y la E. Dispar, que no provoca síntomas; ambos protozoos coexisten en los exámenes de heces fecales, pero la aparición de trofozoítos con hematíes ingeridos, indican la forma de invasión del tejido por el parásito.

La amebiasis afecta fundamentalmente al ciego y colon ascendente, seguido en orden de frecuencia por el colon sigmoide, recto y apéndice, en casos muy floridos la toma del colon es total.

En aquellos países endémicos para la amebiasis, que es casi la totalidad del mundo, es frecuente las manifestaciones extraintestinales del parásito y en aproximadamente el 40% de los pacientes con disentería amebiana, el parásito penetra en los vasos portales y embolizan el hígado, dando lugar a una de las complicaciones mas frecuentes de esta enfermedad: el “absceso hepático amebiano” (4-7).  

El AHA es resultado, como decíamos anteriormente, de la invasión al hígado por E. histolytica desde un foco intestinal; es mas frecuente que exista un absceso único, que generalmente se localiza en el lóbulo derecho, por ser este el que recibe la mayor parte de la circulación portal. El absceso hepático amebiano, conocido en la literatura por las siglas: AHA, predomina en hombres hacia la tercera y cuarta décadas de la vida, en una proporción hombre – mujer de 3:1 hasta 10:1 (5,8,9) .

El tratamiento de elección en el caso de la aparición del AHA es la punción y drenaje del mismo, que constituye un proceder diagnóstico y terapéutico, que debe realizarle bajo control ultrasonográfico, que es el medio diagnóstico más importante para confirmar la patología, ya que se trata de un examen de alta sensibilidad y disponibilidad en nuestros días, posteriormente el material extraído debe ser enviado para su estudio microbiológico y citológico y lograr aislar y hacer un diagnóstico certero de esta entidad para un adecuado tratamiento (10,11,12).

En ocasiones el lugar de elección del parásito es el lóbulo izquierdo del hígado, lo que compromete aún mas la vida del paciente, ya que por la cercanía del pericardio, drena al mismo provocando una pericarditis de origen amebiásica (13,14).

 El tratamiento y diagnostico, así como el pronóstico de esta entidad, ha variado en los últimos años, debido a drogas altamente eficaces, pruebas serológicas de alta tecnología que facilitan el diagnostico, pero nuestro caso se remite al año 1979, en Guatemala – Centroamérica, donde no había ni medios diagnósticos que ayudaran a realizar el diagnóstico, ni los medicamentos de amplio espectro que se utilizan en la actualidad, de ahí el valor del mismo.

El absceso hepático puede confundirse con un tumor primario o metastásico de hígado, enfermedades infecciosas o parasitarias que afectan el sistema reticuloendotelial, así como enfermedades mieloproliferativas (15,16).

 

Las complicaciones se originan debido a la ruptura del absceso hepático amebiano (AHA), principalmente, y la infección secundaria de este, dependiendo del tamaño, ubicación y sitio de drenaje del absceso, el cual puede ser a cavidad pleural, pericardio y peritoneo; pudiendo ocasionar peritonitis, pericarditis, derrame pleural, ilio paralítico, megacolon toxico, en algunos casos puede evolucionar a la muerte (17,18).

 

Bibliografía    

1 -  Tanyukselm M, Petri WA Jr. Laboratory Diagnosis of Amebiasis. Clin Microbiol Rev 2003; 16: 713-29.

2 -  Arguello M, Gómez RD. De la Entamoeba histolytica a la enfermedad amibiana. Bogotá: Laboratorios Syntesis, pp. 13-28.

3 -  Instructor: Patrick M. Woster, Ph.D: Chemistry of Antiparasitic Agents. Principles of pharmacothepary 3: Infectious Diseases and Disease of the respiratory tract.

4 -  Ramzi S. Cotran, M.D., Vinay Kumar, M.D., F.R.C. Path., Tucker Collins, M.D., Ph.D: Patología Estructural y Funcional (Robbins) (6ta Edición), Capítulo 1: Lesión y muerte celular, págs.: 12-13

5 - Pinilla AE, López MC, Castillo BC, Murcia MI, Nicholls RS, Duque S, Orozco LC. Evaluación Clínica, Imagenológica e Inmunológica del Absceso Hepático. Acta Med Colomb 2002; 27: 15-25.

6 - Blanco F, Novella B, Sánchez P, Sanz J. Estudio descriptivo de 39 casos de abscesos hepáticos de origen piógeno (33) y amebiano (6). Ann Med Int 1995; 12: 477-484.
 
7 - Zengzhun G, Bracha R, Nuchamowitz Y, Cheng-I W, Mirelwon D. Analysis by enzimed-linked in immunosorbent assay and PCR of human liver abscess aspirates from patients in China for Entamoeba histolytica. J Clin Microbiol 1999; 37:3034-6.
8 - Wells CD, Arguedas M. Amebic Liver Abscess. Southern Medical Journal 2004; 97: 673-82
 
9 - Thompson JE, Fortalenza S, Verma R. Amebic liver abscess: a therapeutic approach. Rev Inf Dis. 1985; 7: 171-179.

10 - Hughes M, Petri W. Amebic liver abscess. Infect Dis Clin N A 2000; 14:565-82.

11 - Haque R, Huston CD, Hughes M, Houpt E, Petri WA Jr. Amebiasis. N Engl J Med 2003; 348:1565-73.

12 - Velásquez JC, Pinilla AE. Absceso hepático. En: Velásquez JC, Romero JD, Archila PE y colaboradores, editores. Medicina Interna de Urgencias. Primera edición. Bogotá: Editorial Médica Celsus; 2004: 293-302.

13 - Botero D, Restrepo M. Amebiasis. En: Parasitosis Humanas. Cuarta edición. Medellín: Corporación Investigaciones Biológicas; 2003. p. 30-58.

14 - Análida Elizabeth Pinilla Roa1, Myriam Consuelo López Páez2,Diego Fernando Viasus Pérez3 : INMUNOGLOBULINA G EN PACIENTE CON ABSCESO HEPÁTICO AMEBIANO. Rev.fac.med.unal vol.54 no.2 Bogotá June 2006. Print ISSN 0120-0011.

15 -  MICHAEL LUSZCZAK, LTC, MC.. Evaluation and Management of Infants and Young Children with Fever. Amerycan Family Physician. Octuber 1, 2001.

16 -  MOGOLLON PA.,MOLIN,S.G.,MARTINEZ M.F.,SANCHEZ T.S., DAVILA F,: Percutaneus drainage of amebic Hepatic Abscess by Guided Ultrasound. Gastroenter Mex 1999, 64 (03): 134-8.

17 -  Stanley, S. Protective immunity to amebiasis: new insights and new challenge.J infect Dis. 2001; 184:504-506.

18 -  Dr. David Reina Álvarez: Absceso hepático. Presentación de un caso clínico. Revisión de la entidad. http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/1043/1/Absceso-hepatico-Presentacion-de-un-caso-clinico-Revision-de-la-entidad.html (24/04/2008)

 

Comentarios

- Mirta García Jardón - REPUBLICA SUDAFRICANA  (27/10/2009 22:02:20) Mirta García Jardon. Prof. titular en Anatomía Patológica. Especialista de primer y segundo grado. Máster en Enfermedades Infecciosas.

Dra. Felicidades por su interesante caso!

- Emilio Mayayo Artal - ESPAÑA  (29/10/2009 15:58:01)

Gracias por compartir vuestras experiencias con todos. Muy interesante.
Emilio

- Nuria Nogales - ESPAÑA  (03/11/2009 11:03:29)

Un caso muy interesante, desde España gracias por la presentación. La última foto de la Ameba es espectacular.

- Amparo de la Candelaria Rivera Valdespino - CUBA (Autor) (03/11/2009 22:45:09)

Gracias, yo me encuentro en Guatemala trabajando, realmente lo que he visto aquí es impresionante con relación a las enfermedades infecciosas.

- Israel Bernal - ESPAÑA  (04/11/2009 17:35:20)

Es muy bueno ver lo que se hacia antes con buenos conocimientos y usando lo que se tenia a mano, sin tanta tecnologia y arsenal antibiotico como ahora y ver que se lograban cosas como estas, muy interesante el caso.

- Mirta García Jardón - REPUBLICA SUDAFRICANA  (08/11/2009 14:18:38) Mirta García Jardon. Prof. titular en Anatomía Patológica. Especialista de primer y segundo grado. Máster en Enfermedades Infecciosas.

Amparo, es un caso realmente sorprendente. Increible las cosas raras que vemos fuera de casa. Felicidades de nuevo. Un beso.

- Mirta García Jardón - REPUBLICA SUDAFRICANA  (08/11/2009 14:22:27) Mirta García Jardon. Prof. titular en Anatomía Patológica. Especialista de primer y segundo grado. Máster en Enfermedades Infecciosas.

Me parece que deberías ocultar el rostro del paciente por principios éticos. Ya sé que no tenemos acceso de nuevo a nuestros trabajos para modificarlos, por eso quizás, el comité organizador pueda hacerlo. A muchos de ellos - o a la familia- no les gusta que se vean asi por conocidos o público en general.

- Barrios Ernesto - CUBA  (09/11/2009 4:13:25)

Amparo muy bueno tu trabajo, realmente interesante y concuerdo en que la foto de la ameba es estelar, siempre encontramos una enseñanza.
Saludos.
Barrios

- ANA MENDIA MINCHERO - ESPAÑA  (11/11/2009 12:49:05)

gracias por vuestra enseñanza, y tambien me apunto a que se puede y debemos intentar mantener la confidencialidad de nuestros pacientes

- ALEXANDRA GENÉ HEYM - ESPAÑA  (12/11/2009 12:47:50)

Impresionante la cardiomegalia y el pneumopericario.

- Mª LUISA CAGIGAL COBO - ESPAÑA  (12/11/2009 14:23:03)

Espectacular caso: Me ha encantado la foto de ameba, felicidades.

- Silvia Garcia Martinez - CUBA  (13/11/2009 22:01:12)

Muy interesante el caso. La foto es excelente
Felicitaciones

- Cira J Velasco Elizalde - CUBA  (14/11/2009 4:38:03)

Amparo, felicidades por tan excelente trabajo, los Rx de tórax son una reliquia, la cardiomegalia es impresionante, al igual que la foto de la entamoeba.
Lo que se aprende en el mundo exterior al nuestro es algo impredecible, uno no puede ni siquiera imaginarlo ni creerlo hasta que uno no lo vive.
Concuerdo con el resto de los colegas en lo que a privacidad se refiere. Escribe al comité organizador que seguro te ayudan con ese aspecto. Felicidades

- IGNACIO J. CLAROS GONZÁLEZ - ESPAÑA  (15/11/2009 16:41:48)

Ya lo ha comentado Dª Mirta García Jardón ¡ hay que ocultar el rostro del paciente!!!!! Lástima que falten fotos del líquido aspirado

- Amparo de la Candelaria Rivera Valdespino - CUBA (Autor) (16/11/2009 0:26:40)

Estimados colegas, pido disculpas por lo de la foto del paciente, pero... resuelto el problema gracias al Comité Organizador del evento y agradecida por sus comentarios sobre el trabajo.

- Severino REY Nodar - ESPAÑA  (17/11/2009 19:46:03)

Amparo,
Muchas gracias por exponernos este trabajo. Conozco el lugar donde actualmente laboras y quisiera exhortarte a que continues trabajando en Patología infecciosa. Son pocos los colegas que desde esta especialidad abordan los procesos patológicos de los microbio.
Te felicito por tu trabajo

- Amparo de la Candelaria Rivera Valdespino - CUBA (Autor) (17/11/2009 20:50:28)

Gracias Severino, precisamente el observar en este medio tanta patología infecciosa, me ha motivado a realizar una Marestría en enfermedades Infecciosas, en un lugar donde sabes que es extremadamente frecuente.
Saludos.

- Barbara Mercedes Paula Piñera - CUBA  (18/11/2009 4:43:48)

Caso muy interesante, gracias por compartirlo con todos.

- Daniel Sanchez Guerra - ESPAÑA  (18/11/2009 8:51:15)

Un trabajo muy interesante, felicitaciones!!!!

- MARIA JOSE LOPEZ POVEDA - ESPAÑA  (18/11/2009 22:10:06)

Enhorabuena por la presentación. Un caso muy interesante.

- Amparo de la Candelaria Rivera Valdespino - CUBA (Autor) (19/11/2009 2:26:54)

Gracias a todos, realmente es muy interesante todo lo que se ve en este país de enfermedades infecciosas (Guatemala). Saludos Bárbara.

- Carolina Luque - ARGENTINA  (19/11/2009 23:42:37)

Gracias por presentar este trabajo. Muy interesante.

- Clóvis Klock - BRASIL  (23/11/2009 13:04:58)

Un caso muy interessante. Parabens

- Victor Leonel Argueta Sandoval - GUATEMALA  (26/11/2009 18:20:11)

En 1979 realicé dos necropsias en el Hospital Roosevelt de ciudad Guatemala, con absceso hepático y trayecto fistuloso a cavidad pleural, ambos con diagnóstico de Abscesos amebianos. Recuerdo los casos, porque uno de ellos fue una CPC. En esos años veiamos papanicolaous con amebiasis de cuello uterino. En septiembre del año pasado, revisamos en el Hospital General de ciudad Guatemala, la frecuencia de amebiasis en necropsias y estudios de patología quirúrgica, porque presentamos en el congreso de ACAP en San José, Costa Rica, un caso de perforación intestinal por amebiasis. Me sorprendió la baja frecuencia, pues yo estaba pensando en las estadísticas de 1979. Creo que ha bajado la frecuencia de algunos parásitos, han de haber influido las medidas higiénicas y también el acceso facil a tratamientos antiparasitarios. Qué piensan sobre esta posibilidad?

- Enric Condom Mundó - ESPAÑA  (27/11/2009 15:24:46)

interesante, buena la iconografia
saludos

- Julián Alejandro Saquimux Canastuj - GUATEMALA  (29/11/2009 2:46:53)

Julián Alejandro Saquimux - Guatemala (28 - 11 - 09 19:40)

Interesante caso de aquella época. Por esos años yo tuve la oportunidad de realizar unas tres autopsias de abscesos hepáticos amebianos, en los hospitales General San Juan de Dios y el Instituto Guatemalateco de Seguridad Social, pero que el absceso se extienda al saco pericárdico no lo había visto. Con la epidemia del cólera que azotó el continente americano, las medidas sanitarias en la población han mermado en la disminución de las enfermedades gastrointestinales de tipo parasitario y pienso que ahora la población consulta a los centros de salud con sintomas de amebiasis instestinal y se le proporciona metronidazol. Habría que realizar estudios coproparasitólogicos sobre amebiasis intestinal en la población vulnerable de Guatemala. Saludos.

- Isabel Sampedro - ESPAÑA  (30/11/2009 0:18:07)

Muy interesante el caso sobretodo por la rareza para nosotros, muy bien comentado y con una iconografía estupenda.

 

 

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